Sociólogo y politólogo.  Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (2003/2022)

Artículos propios recientes

Año 2020

Con párrafos seleccionados, un breve comentario y la referencia web original. El texto completo pinchando en el enlace. Para acceder a los anteriores en la pestaña del año correspondiente de Publicaciones.

SE HACE CAMINO AL ANDAR

SE HACE CAMINO AL ANDAR

Vídeo-presentación (13’) de la Comunicación al X Congreso andaluz de Sociología (previsto para el 19, 20 y 21/11/2020 y aplazado hasta el 21, 22 y 23/01/2021)

Referencia web original: https://youtu.be/qlaIr6nyImU

Vídeo-presentación (14’) de la Comunicación al X Congreso andaluz de Sociología (previsto para el 19, 20 y 21/11/2020 y aplazado hasta el 21 y 22/01/2021)

Referencia web original: https://youtu.be/Jp9v3DAXQxM

Pugna interpretativa sobre la nueva cuestión social. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (29/12/2020)

Introducción de la Comunicación al V Encuentro Intercongresual del Comité de Investigación de Sociología del Trabajode la Federación Española de Sociología (FES). Universidad Complutense de Madrid - 10 y 11 de diciembre de 2020. Ver Texto completo (15 pp.). Transcribo su resumen:

“En estos años de crisis socioeconómica, y sin que la mayoría social hubiera salido de ella, se han visto incrementadas sus graves consecuencias por la actual crisis sanitaria y económica y, particularmente, se ha ampliado la conciencia cívica de su injusticia. Paralelamente, ha tomado mayor relevancia teórica y sociopolítica el tema ya clásico de la cuestión social. Según las interpretaciones modernizadoras (y postmodernas) estaba superada y desaparecida, aunque siempre ha estado presente; ahora resurge como una realidad grave para la población y la principal preocupación para la ciudadanía.

Partiendo de la relevancia de la nueva cuestión social, esta investigación analiza los fundamentos de la interpretación liberal y socioliberal sobre los fallos del mercado y explica la tradición reguladora, redistribuidora y protectora vinculadas al keynesianismo y las izquierdas democráticas. Por tanto, expone las insuficiencias del liberalismo y la necesidad de un esfuerzo analítico y reflexivo para desarrollar una teoría social crítica que dé soporte a un cambio social y político de progreso.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/pugna-interpretativa-nueva-cuestion-social/20201229085719182803.html

Referencia web original del texto completo: https://www.antonio-anton-uam.es/448011661

Unidad y diferencias entre feminismos. Antonio Antón en Público (17/12/2020)

Última parte de una serie de cuatro artículos en los que explico las controversias en los feminismos y defiendo un feminismo fuerte, igualitario y crítico. Destaco varios párrafos:

“Las tres principales tendencias feministas actuales se constituyen respecto de los tres ejes de la acción feminista de esta cuarta ola: por la igualdad social y relacional, frente a la violencia machista y por la libertad sexual y de género. La pugna interpretativa, argumentativa y representativa de sus élites respectivas expresa una fragmentación organizativa y una debilidad de liderazgo y teórica. Se enfrentan a la tarea democrática de adquirir autoridad y posiciones de prestigio y estatus, con actitudes diferenciadas en esos tres ejes, aunque con ideas básicas comunes que facilitan la expresión masiva de las grandes movilizaciones feministas. Lo analizo desde la sociología crítica.

El problema de fondo que subyace es el descontento popular feminista por la falta de igualdad sustantiva en las relaciones sociales, laborales e institucionales, interpelada, interpretada, representada y orientada desde esa trayectoria igualitaria y transformadora, hoy oscurecida en el ámbito mediático. Las tres sensibilidades, socioliberal, posmoderna y crítica o transformadora, conforman un impacto heterogéneo por abajo, en el conjunto de las bases feministas, entre las que no hay una articulación organizativa estable, ni una referencia cultural unificada ni una cohesión ideológica. En el amplio conglomerado llamado movimiento feminista, predomina el eclecticismo o posiciones mixtas e intermedias respecto de esos diferentes posicionamientos de las élites o personas más activistas…

El feminismo cultural, posmoderno o diverso, ha crecido y se ha polarizado frente al feminismo esencialista, pero difumina al amplio feminismo social, igualitario y crítico, auténticamente plural e inclusivo de lo sustancial de la realidad femenina y las demandas feministas, así como de su subjetividad integradora y complementaria de lo racional y lo emocional.

Para salir del atasco habría que, por un lado, profundizar las críticas a las insuficiencias del feminismo institucional y la impotencia transformadora del feminismo postmoderno-cultural y, por otro lado, reforzar el feminismo crítico e igualitario. Pero eso es lo que se ventila en la pugna por el liderazgo, por su apropiación e instrumentalización de la amplia y sugerente capacidad relacional y movilizadora de la actual ola feminista. La reactivación feminista de estos años es una dinámica alternativa y diferenciada, conectada con lo mejor de las tres olas anteriores, dentro de una orientación unitaria y transformadora progresista global, que esas élites postmodernas y socioliberales no están en condiciones de abordar claramente…”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/42227/unidad-y-diferencias-entre-feminismos/

El sujeto feminista y su pluralidad. Antonio Antón, en Rebelión (15/12/2020)

Artículo en el que trato: El feminismo como sujeto social, las características de los tres feminismos, la tradición transformadora progresista del feminismo y sus discrepancias y tensiones. Destaco un párrafo:

“Se produce una convergencia, coincidiendo ambos tipos de élites, socioliberales y posmodernas, en la infravaloración de la realidad desventajosa de las mujeres y la acción cívica transformadora de las relaciones sociales desiguales y dominadoras. Sin embargo, la amplia tendencia realista, social, transformadora y crítica supera a las demás corrientes: liberales o deterministas y posestructuralistas.”

Referencia web original: https://rebelion.org/el-sujeto-feminista-y-su-pluralidad/

El feminismo como sujeto social. Antonio Antón, en Público (7/12/2020)

Primera parte de una serie de cuatro que dedico al análisis de los feminismos. Selecciono varios párrafos:

“Los fundamentos de la subordinación femenina están claros: gravedad de las desigualdades sociales, laborales y de estatus, con desventaja para las mujeres; persistencia de la violencia y las coacciones machistas, con mayor dependencia e inseguridad para ellas; insuficiente reconocimiento de las libertades para desarrollar las distintas opciones vitales, sexuales o de género. Constituyen los tres ejes fundamentales expresados en la actual ola feminista: por la igualdad social, económico-laboral y relacional o de estatus de las mujeres; contra la presión y las agresiones machistas, y por la emancipación y la capacidad de decisión sobre sus trayectorias y preferencias personales…

El choque de expectativas, principalmente entre las jóvenes, desde una cultura democrática e igualitaria y con dinámicas reales desventajosas es evidente. Es la base del malestar, la indignación y la activación feminista…

La identidad feminista, como proceso relacional solidario, no se opone a una identidad o sentido de pertenencia más amplia, de ciudadanía o ser humano, es decir, con componentes universales. Depende de los lazos comunes existentes y su persistencia, así como de su diversidad de pertenencias, su combinación y la conformación de una identidad múltiple o compleja. Esta multidimensionalidad identitaria se forma en cada sujeto real con un nuevo, específico y cambiante equilibrio entre las distintas identidades parciales con variadas combinaciones según los contextos relacionales y junto con otras identidades o valores cívicos transversales. Además, los procesos identitarios pueden ser más o menos inclusivos, densos, mixtos e interactivos, junto con otras características más universales o cívicas. Es positivo un feminismo fuerte y crítico, con sus rasgos identitarios igualitarios, emancipadores y solidarios en conexión con otras dinámicas populares por una transformación progresista de la sociedad.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/41784/el-feminismo-como-sujeto-social/

Los tres feminismos. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (4/12/2020)

Selecciono varios párrafos de este artículo con el que, junto con otros tres, analizo las corrientes feministas y defiendo un feminismo fuerte, igualitario y crítico:

“En distintos análisis esquemáticos sobre las sensibilidades internas en el feminismo se establecen dos corrientes en torno a la identidad ‘mujer’: una, llamada ilustrada (esencialista, elitista, homogénea y excluyente), y otra, llamada diversa (postmoderna, popular e inclusiva). No obstante, a mi modo de ver, más allá de las etiquetas, hay una simplificación. La realidad es más compleja pero, sobre todo, el enfoque es insatisfactorio: el eje central para definir el sujeto sociopolítico debe ser la identidad ‘feminista’ no la identidad mujer como identidad de género; en ese sentido cobra una mayor importancia un enfoque relacional y sociohistórico de los procesos participativos de identificación con la causa de la igualdad y la liberación de las mujeres. Por supuesto, debe ser interseccional y en colaboración con otros procesos igualitarios y emancipadores, en particular, por ser el aliado más próximo, con los colectivos LGTBI. Además se producen situaciones mixtas, eclécticas o intermedias entre distintos espacios feministas y en el interior de estos, a veces con una alta variabilidad en diferentes contextos, personas y grupos…

Se produce una convergencia, coincidiendo ambos tipos de élites, socioliberales y posmodernas, en la infravaloración de la realidad desventajosa de las mujeres y la acción cívica transformadora de las relaciones sociales desiguales y dominadoras. Sin embargo, la amplia tendencia realista, social, transformadora y crítica supera a las demás corrientes: liberales o deterministas y posestructuralistas…

Uno de sus objetivos fundamentales [del feminismo socioliberal] es conservar sus privilegios de poder institucional e ideológico, académico y mediático, escondiendo sus responsabilidades en la raquítica gestión de ‘su’ feminismo, incapaz de aportar avances sustantivos para las mujeres…

Por otro lado, desde el campo postmoderno, la crispada pugna por el liderazgo, solo se suele producir a través de una oposición hacia un aspecto cultural parcial del feminismo institucional o socioliberal: su concepción esencialista de mujer, sin valorar su posición sustantiva de fondo, la antedicha de no defender de forma contundente el avance real de las mujeres. Se fija en lo instrumental y discursivo: su ofensiva mediática o guerra cultural, contra aspectos defendidos por ese feminismo postmoderno (y más sectores feministas críticos), legítimos, como la defensa de los derechos de prostitutas y personas trans, pero que constituyen una parte de las problemáticas feministas que afectan al conjunto de mujeres y colectivos LGTBI.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/sociologia-movimiento-feminista-emancipacion-igualdad/20201204112832181977.html

La pugna interna en el feminismo. Antonio Antón, en Rebelión (4/12/2020)

Una parte de una serie de cuatro que me publican sobre un feminismo fuerte, igualitario y crítico. Cito el primer párrafo:

“El carácter masivo y unitario del feminismo, al mismo tiempo que diverso y plural, está atravesado, además de por unas tendencias sociohistóricas y del contexto económico e institucional, por un aspecto específico que conviene explicar: la formación de la representación de la dinámica transformadora feminista, con sus procesos colectivos de articulación y liderazgo, el sentido de su orientación, los intereses grupales y las características culturales o ideológicas. Su reto es la formación de representaciones democráticas, plurales y unitarias.”

Referencia web original: https://rebelion.org/la-pugna-interna-en-el-feminismo/

Crisis y estrategias. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 196 (diciembre)

Ensayo en el que analizo las características de la actual crisis, el fracaso de las estrategias reaccionarias y centristas, las políticas de la coalición gubernamental de progreso y los retos del conjunto de fuerzas progresistas. Transcribo un par de párrafos:

“Llevamos una década de deslegitimación y recomposición de la clase política (bipartidista) anterior. El proceso continúa y el estatus actual es modificable. Todas las persistentes estrategias para evitar una salida progresista y neutralizar las fuerzas del cambio de progreso no han conseguido sus objetivos. Pero no paran en el empeño para cerrar esa oportunidad costosamente formada por una década de activación popular progresista y de izquierdas, abanderada tras la justicia social y la democracia…

Es la perspectiva que temen esas fuerzas reaccionarias y que tienen que asumir: mantenerse en la oposición durante toda la legislatura, sin capacidad de influencia para impedir el grueso de las políticas públicas de progreso y la consolidación de su representación política e institucional. Así, a través de la crispación, expresan su impotencia para frenar una gestión progresista, aunque sea lenta y limitada. Y, además, manifiestan su incapacidad para impedir el fortalecimiento de una política y una alianza de progreso más firme, que se pueda prolongar a otra legislatura y abrir una dinámica de cambio sustantivo en España que, a su vez, condicione el modelo de país y el de la construcción europea.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-196/ensayo/crisis-y-estrategias

Retos y pugna estratégica. Antonio Antón, en Rebelión (28/11)

En este artículo explico el contexto de crisis y el marco europeo, la gestión gubernamental con la fortaleza de las fuerzas progresistas y el fracaso de las estrategias reaccionarias de las derechas así como de la operación gran centro. Concluyo que la solución la tiene el campo progresista.

Referencia web original: https://rebelion.org/retos-y-pugna-estrategica/

Las reformas de las pensiones (2011 y 2013). Antonio Antón, en Rebelión (19/11)

Amplio ensayo (44 pp. en PDF) donde explico, de forma exhaustiva, el carácter regresivo y el contexto sociopolítico de las anteriores reformas de las pensiones, como referencia para evaluar las medidas recientes aprobadas en el Pacto de Toledo. Transcribo su introducción:

“Se acaban de aprobar (27/10/2020) las nuevas recomendaciones sobre el sistema de pensiones en el marco de la comisión parlamentaria de seguimiento del Pacto de Toledo. Han sido avaladas por la gran mayoría del arco parlamentario, con el voto en contra de VOX y la abstención de ERC y EH-Bildu. Supone un giro positivo particularmente respecto a la reforma regresiva del Partido Popular (2013), aunque limitado y con claroscuros.

El nuevo acuerdo parlamentario, que debe desarrollarse en medidas legislativas, garantiza el incremento de las pensiones según el IPC real, eliminando el Índice de revalorización que las limitaba y se compromete, entre otras cosas, al aumento del poder adquisitivo de las pensiones mínimas y las no contributivas. Por otro lado, refuerza el sostenimiento del sistema público, con la participación de los ingresos del Estado en la garantía de la suficiencia de las pensiones públicas y genera certidumbre sobre su sostenibilidad a largo plazo. No obstante, no modifica el carácter problemático del grueso de las medidas de la reforma de 2011, promovida por el Partido Socialista, en particular el alargamiento de la edad legal de jubilación con la correspondiente penalización, que se mantienen.

Este texto se centra en la evaluación del carácter regresivo respecto de los derechos adquiridos y el contexto sociopolítico de cada una de dos reformas anteriores (2011 y 2013), así como de los distintos procesos de legitimación social y parlamentaria y el amplio descontento popular surgido frente a ellas. Este ensayo, aparte de esta Introducción, lo he distribuido en cuatro capítulos: 1) Fuertes recortes de las pensiones públicas futuras. 2) Un pacto sin legitimidad social. 3) El aval sindical crea un nuevo problema sociopolítico. 4) La reforma de 2013: recorte injusto e injustificado.

Son una reelaboración de dos investigaciones publicadas en su día tituladas “Pacto social: recortes impopulares de las pensiones” y “Pensiones: recorte injusto e injustificado”. La primera, sobre la reforma de 2011, se editó en el libro Resistencias frente a la crisis. De la huelga general del 29-S al movimiento 15 M (Germanía, 2011). La segunda, sobre la reforma del 2013, figura en el libro Ciudadanía activa. Opciones sociopolíticas frente a la crisis sistémica (Sequitur, 2013). Se editan ahora, convenientemente revisadas, como referencia para evaluar el alcance de la continuidad y la reversión de los recortes de esas reformas, así como para evaluar el distinto contexto social y político en que están incardinadas. Por tanto, queda abierta la necesidad de valorar detenidamente las medidas concretas de este último acuerdo y su desarrollo legislativo.

Respecto de la reforma de 2013, aprobada por la mayoría absoluta del PP, al igual que en la reforma del año 2011, se produjo un amplio desacuerdo popular, en este caso con mayor indignación y movilización cívica y la oposición de la izquierda política y los sindicatos. Se generó una significativa deslegitimación hacia esa contrarreforma y sus firmantes que ha permitido, a la vuelta de estos años y con el impulso de la propia movilización de pensionistas desde el año 2018 y en el marco del nuevo Gobierno de coalición progresista, abordar su derogación.

Sin embargo, la reforma del año 2011 contaba y cuenta con el aval del PSOE y las cúpulas sindicales que la avalaron, sin que haya suficientes fuerzas sociales, políticas y parlamentarias capaces de imponer su anulación. Existe, por tanto, el riesgo evidente de que se consolide a pesar de la exigencia democrática de amplios sectores sociales y de pensionistas, descontentos también con aquellas medidas injustas.

El sistema público de pensiones queda, por tanto, pendiente de la evolución futura de los equilibrios de fuerza social y parlamentaria y las perspectivas o no de un refuerzo general del Estado de bienestar y los servicios públicos y prestaciones sociales en el marco de una salida progresista de la crisis socioeconómica e institucional.”

Referencia web original: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/11/Las-reformas-de-las-pensiones-REB.pdf

El desafío progresista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (13/11)

Transcribo unos párrafos de mi artículo, complementario de otros dos, sobre la crisis y las estrategias políticas:

“Han aparecido en toda su crudeza las deficiencias de la protección social pública, sobre todo del sistema sanitario, pero también de los sistemas de cuidados, servicios sociales, pensiones y educativo. Junto con la fragilidad de nuestro aparato productivo y laboral, se han mostrado las insuficiencias de nuestro débil Estado de bienestar, recortado esta década pasada y, más en general, del conjunto de las administraciones públicas, con sus deficiencias coordinativas, inercias burocráticas y de insuficiente personal preparado, desbordadas a la hora de gestionar las medidas urgentes de emergencia social necesarias en lo inmediato ante la vulnerabilidad de amplios sectores. Supone un fracaso histórico de las élites dirigentes del país…

El balance, aun con sus claroscuros, es moderadamente positivo que, en el contexto actual, supone un gran logro. Ha reajustado las prioridades de su programa inicial de cambio progresista, aunque ha apuntado a sus tres ejes fundamentales. Primero, el escudo social y las políticas sociales y de reversión de derechos sociolaborales, todavía limitadas, lentas y parciales, pero reales y concretas… Segundo, la recuperación económica… Tercero, la regulación de la pluralidad territorial…

Pues bien, esos planes, cuya ejecución no está exenta de ambigüedades, tensiones, dificultades y limitaciones, han echado a andar. Se ha vencido el bloqueo de las derechas y otros poderes fácticos, se ha despejado la amenaza de impotencia institucional y división política entre las fuerzas progresistas, y se ha aclarado el horizonte de gobernabilidad para toda la legislatura…

En gran medida, de forma similar a otros países del sur europeo, ha sido la articulación popular progresista, con su activación cívica y su reflejo político-institucional, la que ha desembocado, tras diversos altibajos, en el actual Gobierno de coalición, venciendo las inercias bipartidistas y la presión de las derechas… Las dos formaciones que componen el Gobierno progresista de coalición han dado, en menos de un año y en un contexto inédito y grave, un paso decisivo para su unidad y el comienzo de la implementación de su programa. La estabilidad gubernamental, tras la aprobación presupuestaria con una suficiente mayoría parlamentaria, queda despejada para toda la legislatura. Pero no todo está resuelto con vistas a los objetivos transformadores a medio plazo, las perspectivas de consolidación o no de esta dinámica de progreso y la confirmación o modificación de las estrategias y alianzas para la próxima legislatura. Hay que analizar las condiciones sociopolíticas y estructurales que facilitan una salida progresista o, bien, las tendencias hacia un continuismo centrista, una vez neutralizada la opción reaccionaria, al menos hasta las próximas elecciones generales.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/desafio-progresista/20201113125221181223.html

La pugna estratégica. Antonio Antón, en Público (13/11)

Selecciono varios párrafos del este artículo de mi trilogía sobre la crisis y las estrategias políticas:

“La pugna estratégica de las fuerzas progresistas con las derechas españolas (PP, C’s y VOX) es evidente. Los consensos de Estado o de un supuesto interés nacional compartido son difíciles. Subyace la disputa por el tipo de proyecto de país, el camino a recorrer y las fuerzas y alianzas disponibles para hegemonizarlo. El giro retórico de Casado, el líder del Partido Popular, de distanciarse de la moción de censura de VOX, apenas esconde su pretensión hegemonista, su orientación neoliberal-conservadora y su reafirmación en la oposición frontal al Gobierno de coalición y su proyecto de reformas progresivas sociales, económicas y políticas…

Es la estrategia centrista conocida: el freno a la dinámica de progreso, la marginación de las fuerzas del cambio y el enquistamiento del conflicto territorial. Es la salida continuista ya ensayada y fracasada en el lustro pasado, pero no por ello querida por sectores poderosos y resucitada a cada paso…

La solución está en el propio campo progresista, en la firmeza de su rumbo y los apoyos sociales a consolidar. En ese sentido, es necesario valorar los puntos compartidos de la alianza gubernamental así como sus diferencias políticas para definir mejor y darle solidez a un proyecto compartido de progreso…

El desafío para las izquierdas y grupos progresistas es el desarrollo de una opción política de progreso, un proyecto modernizador y democrático de país y un modelo más social y solidario que pudiesen condicionar el renovado e insuficiente proyecto de construcción europea del bloque liberal-conservador dominante y el riesgo de su consolidación a largo plazo, junto con la presión ultraconservadora, autoritaria, xenófoba y antisocial de la derecha extrema.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/40436/la-pugna-estrategica/

La reforma progresista de país. Antonio Antón, en Rebelión (12/11)

Selecciono varios párrafos de este artículo de mi trilogía sobre la crisis y las estrategias políticas:

“Esa estrategia reaccionaria, conservadora y autoritaria no tiene futuro político-institucional, aunque hay que frenarla y derrotarla por su carácter destructivo en la sociedad…

El grueso de las grandes empresas, concentradas en las finanzas, la energía, la construcción y algunos servicios, no van a primar un supuesto interés nacional de modernización, es difícil que sean patriotas. La mayoría está inserta en la globalización económica y financiera, depende más de sus intereses, beneficios y proyectos externos o globales, no de país, y arrastra por su papel preponderante a gran parte de la economía y el mundo empresarial. No se puede confiar mucho en ello. Supone que hay que reforzar la capacidad del propio Estado y su gestión reguladora, dirigente e intervencionista para que, con suficiente legitimidad social, sea factor de impulso transformador…

Llevamos una década de deslegitimación y recomposición de la clase política (bipartidista) anterior. El proceso continúa y el estatus actual es modificable. Todas las persistentes estrategias para evitar una salida progresista y neutralizar las fuerzas del cambio de progreso no han conseguido sus objetivos. Pero no paran en el empeño para cerrar esa oportunidad costosamente formada por una década de activación popular progresista y de izquierdas, abanderada tras la justicia social y la democracia. La opción centrista, bajo hegemonía socialista, en sus diversas versiones, también ha fracasado en las urnas, es decir, bajo la voluntad mayoritaria de la ciudadanía…

El presidente Sánchez y el sanchismo lo tuvo claro desde la misma noche electoral del 10-N: solo era posible una alianza de progreso de ambas formaciones con la cobertura de, al menos, parte de los nacionalismos periféricos, vasco y catalán. Ello define los tres grandes retos entrelazados: justicia social y modernización económica, junto con la democratización institucional, la regulación territorial y el modelo de Estado. Con otros dos desafíos adicionales de gran valor social y cultural y, también, estructural y de poder: la igualdad de género y la sostenibilidad medioambiental. Tal es la reforma que necesita este país, cuyo futuro está abierto y con grandes dificultades, pero que depende en gran medida de la determinación y unidad del campo progresista.”

Referencia web original: https://rebelion.org/la-reforma-progresista-de-pais/

Identidades feministas y teoría crítica. Antonio Antón Morón (Presentación, 11/2020)

Departamento de Sociología - Universidad Autónoma de Madrid

Ediciones Dyskolo (207 pp.)

Divulgación por la Federación Española de Sociología de Publicaciones de sociólogos asociados:

“Este libro tiene un doble plano, analítico y teórico. Por una parte, analiza las características de la nueva ola feminista en España, sus causas, el contexto sociopolítico y cultural y su impacto transformador. Por otra parte, explica los diferentes enfoques teóricos, en particular, los debates sobre el sentido de las identidades feministas y su relación con la formación del sujeto feminista. Los dos aspectos se entrecruzan en sus cinco capítulos: 1) Feminismos e identidades. 2) Feminismos, interseccionalidad e identificaciones. 3) Acerca del pensamiento de Nancy Fraser. 4) Sujeto y cambio feminista. 5) Sujeto feminista: ni esencialista ni posmoderno.”

Referencia web original: https://fes-sociologia.com/noticia/Identidades-feministas-y-teoria-critica-Antonio-Anton

Judith Butler y la pertenencia al feminismo. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 195 (noviembre)

“En una interesante entrevista a Judith Butler sobre las guerras culturales (tiene un acceso en castellano), esta conocida feminista estadounidense de orientación posestructuralista apuesta por “renovar el compromiso feminista con la igualdad de género y la libertad de género”. Otra formulación reciente es “el feminismo es una lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, pero también es una investigación sobre el género en sí mismo, más allá de las categorías de hombre o mujer”. Son ideas que comparto al poner el acento en dos cuestiones básicas para un enfoque realista, multidimensional y sociohistórico: la acción práctica y relacional en los procesos identificatorios y de emancipación, y la igualdad de género, entre hombres y mujeres, al partir de su realidad de desventaja, desigualdad o discriminación. Son relevantes sus posiciones sobre ‘El género en disputa’ y ‘Deshacer el género’. No entro ahora en ello. Tengo una amplia valoración de su pensamiento, así como el de otras corrientes feministas en el reciente libro “Identidades feministas y teoría crítica”. Me detengo aquí en otras formulaciones sobre un aspecto particular: su posición sobre la pertenencia al feminismo. En conversación con ella y frente a las corrientes esencialistas explico mi enfoque crítico.

Su criterio de pertenencia al feminismo es inclusivo al considerar partícipes a todas las personas, incluido hombres, que se ‘aferran a las proposiciones básicas de libertad e igualdad’. Así se supera la interpretación biologicista y excluyente de que solo pueden ser feministas las mujeres. No obstante, es insuficiente por tener un sesgo idealista (posestructuralista) al poner el énfasis en lo discursivo, o sea, en las ideas o propuestas, con su sobrevaloración de su influencia en la formación de la identidad, feminista en este caso.

Desde la sociología crítica la pertenencia e identificación colectivas se van formado a través de las relaciones sociales, sobre la base de una práctica social prolongada, una interacción relacional solidaria tras esos objetivos de libertad e igualdad. Es decir, el hacerse e identificarse feminista es una conformación social, procesual e interactiva: supone comportamientos duraderos igualitarios-emancipadores y solidarios, interrelacionados con esa subjetividad. Es la experiencia vital, convenientemente interpretada, la participación en la pugna social y cultural en sentido amplio (incluyendo hábitos, estereotipos y costumbres además de subjetividad) frente a la desigualdad y la discriminación, la que va formando la identidad feminista (o cualquier otra de capas subalternas). Veamos algunos enfoques implicados en esta controversia.”

Referencia web: http://www.mientrastanto.org/boletin-195/ensayo/judith-butler-y-la-pertenencia-al-feminismo

La pugna para avanzar. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (22/10)

Selecciono varios párrafos de este artículo en el que analizo la actualidad y enlazo con una reflexión más general:

“En estos años de crisis socioeconómica, y sin que la mayoría social hubiera salido de ella, se han visto incrementadas sus graves consecuencias por la actual crisis sanitaria y económica. Particularmente, se ha ampliado la conciencia cívica de su injusticia. Las fuerzas políticas y sociales que apoyan la mayoría gubernamental y parlamentaria intentan implementar una salida de progreso. La agenda social y democrática es ineludible. Al mismo tiempo, las derechas y sus grupos mediáticos están produciendo un freno destructivo y enmascarador respecto de esa tarea modernizadora, de justicia social y articulación democrática; su ilusión es el bloqueo del cambio de progreso y su obsesión por retomar el poder ejecutivo. Hay que alzar la vista y analizar el contexto histórico-social e interpretativo para explicar la actual pugna política y discursiva y los procesos de legitimación social, prefigurar las estrategias superadoras de ese bloqueo y definir las perspectivas de futuro…

Los principales grupos de poder pretenden frenar el desarrollo de una dinámica de progreso que tiene la legitimidad de una mayoría social y parlamentaria, intentando desactivar el apoyo social a este Gobierno de coalición de izquierdas. Tratan de impedir un proyecto de modernización económica, democratización institucional y refuerzo del débil Estado de bienestar, con la mejora de los servicios públicos y la protección social, que constituyen el reto principal del actual Ejecutivo progresista. Su firmeza y capacidad política y el grado de apoyo ciudadano para superar ese desafío van a condicionar la senda social y político-institucional de esta década que comienza y el modelo de país resultante…

La realidad de esta década larga ha exigido dar mayor relevancia teórica y sociopolítica al tema ya clásico de la cuestión social. Según las interpretaciones modernizadoras (y postmodernas) estaba superada y desaparecida, aunque siempre ha estado presente; ahora resurge como una situación grave para la población y la principal preocupación de la ciudadanía. Se han quedado viejas las interpretaciones, por un lado, liberales o modernizadoras y, por otro lado, las postmodernas o culturalistas, que relativizaban ambas la importancia de la problemática socioeconómica de desigualdad, precariedad y desprotección de las mayorías sociales, ante su evidencia y la subjetividad popular de su gravedad…

Detrás de esta tarea reflexiva está la necesaria lucidez para la elaboración estratégica y su implementación, en particular para las fuerzas del cambio. En el fondo están los reequilibrios sociales e institucionales producidos en esta década larga en torno a la nueva cuestión social y la democracia, sobre las que las fuerzas progresistas tienen el compromiso para avanzar y las tendencias reaccionarias pretenden impedir. Ahora, por la oportunidad institucional para encararlas por la mayoría gubernamental y parlamentaria de progreso, las derechas están intensificando su oposición destructiva y deslegitimadora. Frente a las ilusiones de consenso global o acuerdos generales transversales, el realismo y la voluntad democrática-igualitaria aconsejan afrontar con firmeza estos conflictos sociales y de legitimidad para consolidar la nueva realidad sociopolítica y de poder en esta década que comienza, tras un proyecto de progreso, en un marco europeo incierto.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/pugna-avanzar/20201022125105180423.html

Se publica también en Rebelión (23/10): https://rebelion.org/la-pugna-para-avanzar/ 

Judith Butler y la pertenencia al feminismo. Antonio Antón, en Público (10/10)

“En una interesante entrevista a Judith Butler sobre las guerras culturales (tiene un acceso en castellano), esta conocida feminista estadounidense de orientación posestructuralista apuesta por “renovar el compromiso feminista con la igualdad de género y la libertad de género”. No entro ahora en ello. Tengo una amplia valoración de su pensamiento, así como el de otras corrientes feministas en el reciente libro “Identidades feministas y teoría crítica”. Me detengo aquí en un aspecto particular: su posición sobre la pertenencia al feminismo.

Su criterio de pertenencia al feminismo es inclusivo al considerar partícipes a todas las personas, incluido hombres, que se ‘aferran a las proposiciones básicas de libertad e igualdad’. Así se supera la interpretación biologicista y excluyente de que solo pueden ser feministas las mujeres. No obstante, es insuficiente por tener un sesgo idealista (posestructuralista) al poner el énfasis en lo discursivo, o sea, en las ideas o propuestas, con su sobrevaloración de su influencia en la formación de la identidad, feminista en este caso.

Desde la sociología crítica la pertenencia e identificación colectivas se van formado a través de las relaciones sociales, sobre la base de una práctica social prolongada, una interacción relacional solidaria tras esos objetivos de libertad e igualdad. Es decir, el hacerse e identificarse feminista es una conformación social, procesual e interactiva: supone comportamientos duraderos igualitarios-emancipadores y solidarios, interrelacionados con esa subjetividad. Es la experiencia vital, convenientemente interpretada, la participación en la pugna social y cultural en sentido amplio (incluyendo hábitos, estereotipos y costumbres además de subjetividad) frente a la desigualdad y la discriminación, la que va formando la identidad feminista (o cualquier otra de capas subalternas).”

Referencia web original

Debilidades intelectuales de las izquierdas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (9/10)

“Un rasgo que condiciona las ideas del campo progresista y, específicamente, de su intelectualidad, es de carácter práctico y normativo. Aparecen, con otras formas, dos viejos debates sobre la orientación general de las izquierdas o fuerzas alternativas: 1) la importancia de la acción por la igualdad, en todos sus aspectos e incluida la de género, junto con la diferenciación con la pasada gestión liberal o retórica de la socialdemocracia y la reaccionaria de las derechas; 2) las formas organizativas y de acción social y política para propugnar el cambio y la mejora de la sociedad. Y ligado con ello, 3) cuáles son las necesidades y perspectivas teóricas para favorecer una interpretación más rigurosa y realista, que sirvan para mejorar la acción práctica y la conformación de un bloque social progresista y alternativo y, en particular, una configuración más sólida de las propias bases del espacio del cambio de progreso…

La cuestión para valorar es que el debilitamiento de la dimensión, la profundidad y la unidad de ideas propias, independientes y críticas, en las izquierdas, incluida las alternativas y radicales, así como en distintos movimientos y agrupaciones sociales y políticas progresistas, facilita el relleno con ideas ajenas a esa tradición, heterogéneas entre sí y acríticas y dependientes de otras instituciones y grupos mediáticos. La dificultad para elaborar ideas diferenciadas del discurso liberal dominante y mantener un pensamiento social progresista y democrático facilita la permanencia de una cultura más o menos ecléctica en asuntos clave. Las condiciones de la pugna cultural son muy desiguales…

Para impulsar una corriente sociopolítica más amplia o unificar un bloque social y político más complejo, por las diferentes sensibilidades existentes y su configuración plurinacional como el configurado por las fuerzas del cambio, es más necesaria una actividad crítica y teórica significativa, al menos en las élites de las organizaciones sociales y políticas, y madurar una comunidad intelectual progresista y con cierta actividad divulgativa…

Entre la intelectualidad progresista y las élites políticas y asociativas es necesario un impulso crítico, científico, para analizar también este campo, en pugna con las interpretaciones irracionales e idealistas, o simplemente superficiales. El aspecto central no es exclusivamente mejorar el conocimiento de la realidad, que ya es importante, sino prepararse mejor para dar respuestas adecuadas y justas ante esos problemas: conocer la realidad para transformarla.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/debilidades-intelectuales-izquierdas/20201009134028179954.html

Por una teoría social crítica. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 194 (octubre)

“Desde una perspectiva transformadora hay dos aspectos fundamentales en los que profundizar y, específicamente, explicar su interacción para promover un cambio social progresivo o alternativo: avanzar en una teoría social crítica y definir e implementar los proyectos y las estrategias de progreso, por un modelo social y democrático avanzado…

Se trata de aportar algunos elementos de reflexión para elaborar un pensamiento social crítico, superador de los esquemas liberales, las inercias deterministas o esencialistas y los enfoques posestructuralistas, predominantes en muchos ámbitos progresistas. Una amplia valoración la he tratado en tres libros recientes: Movimiento social y cambio político. Nuevos discursos (UOC, 2015), Clase, nación y populismo (Dyskolo, 2019) e Identidades feministas y teoría crítica (Dyskolo, 2020).

Parto, por tanto, desde la tradición de la teoría crítica, superadora a mi modo de ver del bloqueo producido por la prevalencia y la polarización entre dichas corrientes. Solo cito dos autores, especialistas en movimientos sociales en el marco más general del cambio social: E. P. Thompson y Ch. Tilly. Un pensamiento crítico se distingue por estos tres rasgos fundamentales: realismo analítico (objetividad y procedimientos científicos), finalidad transformadora (ética y sociopolítica) y función identificadora (cohesionadora y legitimadora) para la formación de un actor o sujeto colectivo. Los tres están en tensión, en una interacción compleja respecto de las prioridades y necesidades de la acción colectiva. No se pueden valorar en abstracto, cada uno tiene sus propias reglas y su integración es difícil.

Existe la dificultad para mantener el rigor (principios, valores y procedimientos) de la ciencia y evitar su subordinación al poder, neoliberal o liberal, así como es necesario defender su autonomía y su papel. Aunque sea difícil la neutralidad de la llamada ciencia, especialmente, en las ciencias sociales, hay que reafirmarse en el valor de la ciencia (auténtica) y desenmascarar la pseudo-ciencia, con el irracionalismo y el subjetivismo. Después es cuando viene la complejidad de su relación con el comportamiento social y los intereses materiales de la gente, así como con la psicología, la ética y las teorías sociales, más o menos científicas y/o utópicas.

Aquí, de forma complementaria a la crítica al liberalismo realizada en dos artículos recientes, Los fallos del mercado e Insuficiencias del liberalismo, explico un aspecto particular: la importancia de un enfoque y una actividad críticos en el terreno de las ideas, la importancia de la nueva cuestión social y las implicaciones prácticas de la reflexión y el debate críticos.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-194/ensayo/por-una-teoria-social-critica

Juventud precaria y sindicalismo. Antonio Antón, en Juventudes Iberoamericanas (28/09)

Trato aquí, editado por esta revista iberoamericana, el tema candente de la precariedad laboral juvenil y las tareas de los sindicatos para su transformación, considerado también decisivo en aquella realidad.

Referencia web original: https://juventudesiberoamericanas.com/juventud-precaria-y-sindicalismo/

Los 'fallos' del mercado. Antonio Antón, en Público (20/09)

En este artículo critico el fundamentalismo de mercado del liberalismo económico y resalto la persistencia de una cultura de izquierdas: justicia social, igualdad, redistribución, protección social, importancia de lo público, derechos sociolaborales…

“El tema para debatir es que el mercado, en ámbitos y aspectos cruciales, también ha sido ineficiente y, sobre todo, injusto. La idea de asumir el mercado, aunque sea solo como la técnica más eficiente, no valora ni se distancia adecuadamente de ese componente negativo, ni refuerza el aspecto principal de defensa de lo público: un sector público potente y eficaz, unos servicios públicos de calidad y una intervención o regulación pública de la actividad económica privada…

La economía debe subordinarse a la sociedad, a la política democrática y a la regulación institucional. El mercado ha demostrado las dos cosas: que funciona y que no funciona, es decir, que tiene graves ‘fallos’. No podemos dejar que sus leyes, la prioridad al beneficio privado, se impongan a la ciudadanía…

En definitiva, hay que poner el acento en la crítica a los fallos de los mercados y el cuestionamiento de la gestión antisocial de la política económica liberal dominante y su discurso, lo que facilitaría a las izquierdas y fuerzas progresivas avanzar en una alternativa realista y justa a la crisis económica…

El nuevo programa económico compartido y de progreso del Gobierno de coalición y sus apoyos de investidura, en el marco de una política europea más expansionista, es una oportunidad, no exenta de dificultades y oposiciones, para superar las inclinaciones y condicionamientos del liberalismo económico dominante y la influencia de los grandes poderes económico-financieros, y apostar por una modernización productiva en beneficio de la mayoría y un refuerzo de los servicios públicos y el Estado de bienestar.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/37569/los-fallos-del-mercado/

Identidades feministas y teoría crítica. Nueva edición ampliada. Antonio Antón. Ed. Dyskolo (18/09/2020) (Con acceso al texto completo: 207 pp.)

Este libro, Identidades feministas y teoría crítica, tiene un doble plano, analítico y teórico. Por una parte analiza las características de la nueva ola feminista en España, sus causas, el contexto sociopolítico y cultural y su impacto transformador. Por otra parte, explica los diferentes enfoques teóricos, en particular, los debates sobre el sentido de las identidades feministas y su relación con la formación del sujeto feminista. Los dos aspectos se entrecruzan en sus cinco capítulos. El primero, Feminismos e identidades, detalla el refuerzo de la conciencia y la participación feministas y el significado de las identidades como procesos relacionales y de reconocimiento propio y ajeno. El segundo, Feminismos, interseccionalidad e identificaciones, parte de un análisis sociológico de los distintos electorados y su grado de afinidad feminista, así como de la activación feminista, para profundizar en los procesos de identificación y su interseccionalidad. El tercero, Acerca del pensamiento de Nancy Fraser, se centra en una valoración crítica de su feminismo y su teoría alternativa, con algunas conclusiones estratégicas y un anexo al final. El cuarto, Sujeto y cambio feminista, analiza las tendencias y el contexto del cambio feminista y las contrasta con la formación de las identidades feministas. Y el quinto, Sujeto feminista: ni esencialista ni posmoderno, desde el análisis de los tres ejes de la acción feminista y la existencia de dos grandes corrientes del movimiento feminista, la socioliberal o formalista y la crítica o transformadora, explica los fundamentos teóricos que están detrás de los debates sobre el sujeto feminista, desde un enfoque crítico, relacional y sociohistórico.

Referencia web original: https://rebelion.org/nueva-edicion-ampliada-del-libro-identidades-feministas-y-teoria-critica/

Insuficiencias del liberalismo. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (16/09)

“En este artículo evalúo las ideas dominantes en la socialdemocracia en su giro hacia la tercera vía o el socio-liberalismo. El liberalismo está lleno de ambivalencias: es progresista respecto del conservadurismo y el autoritarismo, y ha realizado importantes aportaciones a la libertad y el Estado de derecho; es reaccionario frente a las demandas populares de justicia social y democracia avanzada…

La idea fundamental de la que parte esa tradición [neokeynesiana y de izquierdas democráticas], con matices entre sus dos corrientes, es la de los ‘fallos del mercado’, es decir, la de que los mercados económicos y financieros dejados a su propia dinámica o ley dejan de ser eficientes para el interés general -no para el capital-. Por tanto, deben estar regulados y subordinados al bienestar de la sociedad, a los intereses generales, el bien común o fin ético, interpretados por la participación democrática de la sociedad y sus órganos representativos. Es la reafirmación del papel de la política (pública) por encima de la economía (privada) y los mercados…

En conclusión, la solución a la crisis de la(s) ideología(s) de las izquierdas no está en el liberalismo o en centrismos supuestamente transversales. Se pueden y se deben recoger algunas de sus aportaciones pero, globalmente, es una salida falsa. Además, la confianza en esa salida liberal debilita el imprescindible esfuerzo de análisis riguroso y científico y el necesario pensamiento crítico para avanzar en un pensamiento social propio de izquierdas o alternativo y adecuado a los grandes retos del presente. El relativo vacío existente debe resolverse con un esfuerzo intelectual y práctico y una teoría social crítica que favorezca el análisis y la interpretación rigurosos, así como una dinámica social emancipadora e igualitaria.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/insuficiencias-liberalismo/20200915182831179192.html

Sujeto feminista: ni esencialista ni posmoderno. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 193, septiembre

Un amplio ensayo en el que expongo varias reflexiones teóricas complementarias a las de mi reciente libro 'Identidades feministas y teoría crítica'. Selecciono los primeros párrafos:

“El sentido del feminismo es combatir el sometimiento de las mujeres, superar su situación impuesta de desigualdad y opresión para que puedan ser personas libres. La situación y la identidad de género mujer conlleva una posición de subordinación derivada de la desigual división sexual del trabajo productivo y reproductivo, público y privado, que el feminismo pretende superar mediante un proceso igualitario-emancipatorio que configura la identidad feminista de las mujeres. Se replantean las feminidades y las masculinidades y su interacción.

Por tanto, la clave del feminismo es conseguir la igualdad de género o entre los géneros, superar las desventajas relativas y la discriminación de las mujeres. Dicho de otro modo, el objetivo es que la diferenciación de géneros y su construcción sociohistórica no supongan desigualdad real y de derechos y, por tanto, no tengan un peso sustantivo en la distribución y el reconocimiento de estatus y poder.

En ese sentido, se rompen los géneros como funciones sociales desiguales impuestas por el orden establecido, patriarcal-capitalista, que se ve favorecido por esa segregación por sexo. Supone un largo y persistente proceso individual y colectivo para superar las profundas causas estructurales y de dominación en que se basan esa segmentación. Igualdad y emancipación están entrelazadas frente a una realidad de género ambivalente.

A partir de esa posición compartida mayoritariamente en los feminismos, en el contexto de la polémica suscitada estas semanas en torno al proyecto de ley gubernamental sobre la libertad sexual y los derechos de las personas transexuales, desde la sociología crítica expongo algunas reflexiones sobre las insuficiencias teóricas esencialistas y posestructuralistas y su influencia en la concepción de la identidad y la formación del sujeto feminista. Además, en continuidad con un ensayo reciente (Sujeto y cambio feminista), destacaré el carácter social, no solo cultural, del movimiento feminista y el sentido del debate actual.

Desde mi punto de vista, la diferenciación principal en el seno del feminismo hay que plantearla en función de su actividad y capacidad transformadora de las relaciones de desigualdad y subordinación de las mujeres. Así, respecto del avance real en la igualdad y la emancipación, existen dos grandes corrientes: el feminismo crítico, popular y transformador, y el feminismo socioliberal, retórico y formalista. No obstante, el debate de ideas es importante y se entrecruza con las alternativas y las prácticas sociopolíticas y culturales del movimiento feminista.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-193/ensayo/sujeto-feminista-ni-esencialista-ni-posmoderno

Identidad feminista no es identidad de género. Antonio Antón, en CTXT (19/08)

En este artículo distingo entre los dos tipos de identidades, la feminista y la de género, y explico la formación del sujeto feminista, diferenciado y partícipe de un movimiento popular global o interseccional:

“En la identidad feminista influye el sexo (mujer) y el género (femenino). Pero no de forma determinista, sea biológica o estructural. Sí tiene importancia la realidad vivida, sentida y percibida de una desigualdad injusta, es decir, la pertenencia a un grupo social discriminado y con desventajas concretas, o bien con suficiente sensibilidad y solidaridad respecto de su situación.

Pero, sobre todo, el elemento sustantivo que configura ese proceso identificador feminista es la acción práctica, los vínculos sociales, la experiencia relacional por oponerse a esa subordinación y avanzar en la igualdad y la emancipación de las mujeres. La identificación feminista deriva del proceso de superación de la desigualdad basada en la conformación de géneros jerarquizados. Se trata de la actitud transformadora respecto de las funciones sociales, productivas y reproductivas desventajosas para la mitad de la población. Supone un cambio de su estatus vital subordinado…

La formación de un sujeto unitario superador de los sujetos o actores parciales va más allá de un liderazgo común (simbólico y legítimo), un objetivo genérico compartido (la democracia y la igualdad) o un enemigo similar (el poder establecido patriarcal-capitalista). Es un proceso sociohistórico y relacional complejo que necesita una prolongada experiencia compartida que debe superar las tensiones derivadas de los intereses corporativos y sectarios de cada élite respectiva, con su rigidez doctrinal legitimadora.”

Referencia web original: https://ctxt.es/es/20200801/Firmas/33121/identidad-feminista-transfobia-transfeminismo-antonio-anton.htm

Publicado en Rebelión, en la sección Feminismos (10/09): https://rebelion.org/identidad-feminista-no-es-identidad-de-genero/ 

El carácter social del feminismo. Antonio Antón, en Público (8/08)

Destaco en este artículo el sentido social y transformador de las relaciones sociales del movimiento feminista, acompañado por el cambio cultural:

“En conclusión, los feminismos, como pertenencia grupal e identificación colectiva, se constituyen a través de una acción práctica y solidaria de carácter igualitario-emancipador por cambiar las relaciones desiguales e injustas que sufren las mujeres, las situaciones de desventaja que padecen. Su cultura emancipadora, en sentido amplio, incluye el cambio de hábitos, estereotipos y costumbres discriminatorios, y es consustancial a los feminismos. Conlleva la crítica y la oposición a los privilegios de género, los discursos y políticas machistas y las estructuras sociales dominadoras. Su implicación práctica democrático-igualitaria consolida una nueva subjetividad que, a su vez, refuerza sus valores solidarios y su motivación liberadora. Considerar al movimiento feminista como exclusivamente cultural relega la prioridad por el cambio de las relaciones reales desventajosas u opresivas y dificulta una acción crítica, popular, realista y transformadora. Es, sobre todo, un movimiento social, aunque con un gran componente cultural. El cambio feminista, además de las subjetividades, debe transformar las relaciones sociales de desigualdad y dominación; debe ser relacional.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/35772/el-caracter-social-del-feminismo/

Un amplio ensayo en el que expongo varias reflexiones teóricas complementarias a las de mi reciente libro Identidades feministas y teoría crítica. Selecciono los primeros párrafos:

“El sentido del feminismo es combatir el sometimiento de las mujeres, superar su situación impuesta de desigualdad y opresión para que puedan ser personas libres. La situación y la identidad de género mujer conlleva una posición de subordinación derivada de la desigual división sexual del trabajo productivo y reproductivo, público y privado, que el feminismo pretende superar mediante un proceso igualitario-emancipatorio que configura la identidad feminista de las mujeres. Se replantean las feminidades y las masculinidades y su interacción.

Por tanto, la clave del feminismo es conseguir la igualdad de género o entre los géneros, superar las desventajas relativas y la discriminación de las mujeres. Dicho de otro modo, el objetivo es que la diferenciación de géneros y su construcción sociohistórica no supongan desigualdad real y de derechos y, por tanto, no tengan un peso sustantivo en la distribución y el reconocimiento de estatus y poder.

En ese sentido, se rompen los géneros como funciones sociales desiguales impuestas por el orden establecido, patriarcal-capitalista, que se ve favorecido por esa segregación por sexo. Supone un largo y persistente proceso individual y colectivo para superar las profundas causas estructurales y de dominación en que se basan esa segmentación. Igualdad y emancipación están entrelazadas frente a una realidad de género ambivalente.

A partir de esa posición compartida mayoritariamente en los feminismos, en el contexto de la polémica suscitada estas semanas en torno al proyecto de ley gubernamental sobre la libertad sexual y los derechos de las personas transexuales, desde la sociología crítica expongo algunas reflexiones sobre las insuficiencias teóricas esencialistas y posestructuralistas y su influencia en la concepción de la identidad y la formación del sujeto feminista. Además, en continuidad con un ensayo reciente (Sujeto y cambio feminista), destacaré el carácter social, no solo cultural, del movimiento feminista y el sentido del debate actual.

En el movimiento feminista, al igual que en la sociedad, confluyen diversas corrientes de pensamiento, desde las estructuralistas, más o menos anticapitalistas, hasta las posestructuralistas, más o menos voluntaristas, pasando por ideas socioliberales y deterministas o esencialistas (biológicas, económicas, étnicas, institucionalistas, culturalistas), así como por posiciones más realistas, relacionales y sociohistóricas. Todo ello con mezclas distintas y con pragmatismos eclécticos. Dejo al margen la inadecuación de las doctrinas funcionalistas, liberales y conservadoras.

Desde mi punto de vista, la diferenciación principal en el seno del feminismo hay que plantearla en función de su actividad y capacidad transformadora de las relaciones de desigualdad y subordinación de las mujeres. Así, respecto del avance real en la igualdad y la emancipación, existen dos grandes corrientes: el feminismo crítico, popular y transformador, y el feminismo socioliberal, retórico y formalista. No obstante, el debate de ideas es importante y se entrecruza con las alternativas y las prácticas sociopolíticas y culturales del movimiento feminista.”

Referencia web original: https://rebelion.org/sujeto-feminista-ni-esencialista-ni-posmoderno/

Los tres ejes del feminismo. Antonio Antón, en Público (24/07)

Destaco lo que, a mi modo de ver, son tres ejes feministas fundamentales y su complementariedad. Selecciono varios párrafos:

“Empiezo por matizar el énfasis unilateral en la pugna cultural, derivado de la prioridad por el tema de la sexualidad, como tarea central y eje principal de diferenciación entre corrientes feministas. Esta temática de la libertad sexual es fundamental para los colectivos LGTBI y el propio feminismo. El problema es su encaje en el conjunto de tareas y discursos feministas. Así, al priorizarlo de forma permanente y casi exclusiva, se infravalora la acción colectiva por la igualdad relacional efectiva y contra la violencia machista, cuestiones apoyadas por más de la mitad de la población adulta, unos veinte millones, especialmente de las mujeres. Son dos aspectos sustantivos de la activación feminista que, sin embargo, al situarlos en un segundo plano en los discursos y la acción colectiva de algunas élites, se dificulta la capacidad transformadora del conjunto de la realidad discriminatoria de las mujeres. Y esa unilateralidad no les permiten un mayor arraigo entre ellas…

Se trata de superar la idea convencional de la existencia de dos sexos o dos géneros rígidos y excluyentes y reconocer una pluralidad heterogénea de opciones intermedias, mixtas e indiferenciadas, así como sus derechos igualitarios y su legitimidad como proyecto vital decidido libremente…

La reacción agresiva en torno a la normativa sobre la libertad sexual y los derechos de las personas trans expresa el agotamiento del feminismo socioliberal y formalista y su retórica esencialista; pretende esconder su responsabilidad en el bloqueo de la situación discriminatoria de las mujeres; constituye un freno a las demandas feministas en los tres campos: igualdad relacional real, evitar la violencia machista con medidas efectivas y no del simple punitivismo legal y desarrollar los derechos sexuales…

Dicho de otra forma, el refuerzo de la libertad sexual y de género y la colaboración entre movimiento feminista y colectivos LGTBI no debiera hacerse a costa de la difuminación de la acción contra la discriminación femenina en esos otros dos campos de la igualdad relacional y contra la violencia machista. Sería caer en la trampa de las derechas y esos sectores puritanos y punitivistas, así como neutralizar o distorsionar las demandas masivas de las movilizaciones feministas.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/dominiopublico/33902/los-tres-ejes-del-feminismo/

Reeditado por Rebelión (25/07): https://rebelion.org/los-tres-ejes-del-feminismo/

¿Del sujeto feminista al no-sujeto posmoderno?. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (23/07)

Articulo donde hago una reflexión teórica sobre el sujeto feminista, con una crítica al esencialismo y al posestructuralismo:

“En definitiva, el feminismo, como comportamiento y cultura igualitario-emancipadores contra la opresión femenina, tiene unas bases estructurales y sociohistóricas duraderas y específicas; y más allá de la convergencia en procesos democrático-populares, sujetos globales e identidades múltiples va a tener una fuerte autonomía e identificación propia. No se puede diluir en un proyecto difuso de exigencia de derechos y menos con una élite autonombrada, cuya legitimidad, en ausencia de un auténtico arraigo social, se persigue en forma de pelea discursiva. El no-sujeto posmoderno, el individualismo radical e irrealista, no tiene futuro. El gran sujeto esencialista, tampoco. El feminismo, en el marco de una amplia corriente social de progreso, tiene unas bases sólidas.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/sociologia-analisis-feminismo-sujeto-feminista-sujeto-posmoderno/20200723100853177522.html

El impulso feminista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (10/07)

Analizo tres hechos encadenados de este contexto que explican la amplia participación ciudadana y dan sentido y proyección a la reafirmación feminista por la igualdad y la emancipación:

“Primero, la persistencia de la desigualdad, la discriminación y la violencia hacia las mujeres, junto con el insuficiente reconocimiento público de su aportación, así como sus mayores dificultades y desventajas comparativas en su doble condición de mujeres y trabajadoras (presentes y futuras) …

Segundo, el límite de las políticas públicas y los mecanismos institucionales que teóricamente favorecen la igualdad de género, así como los recortes sociales y de derechos que perjudican especialmente a las mujeres…

Tercero, la consolidación de las reformas laborales regresivas, la devaluación salarial, la precariedad de las trayectorias laborales y del mercado de trabajo y las dificultades de inserción profesional en un empleo decente, en el contexto de las políticas restrictivas, perjudican más a las mujeres, particularmente de las capas populares…

El choque entre ese avance en la conciencia, la identificación y la actitud feminista mayoritarias y la persistencia de desventajas relativas, subordinación y discriminaciones percibidas como injustas, amparadas en un poder establecido (institucional, empresarial, judicial…) renuente a transformaciones sustantivas, ha acelerado el desafío feminista por la consecución de un cambio sustantivo y real. Se ha impuesto la necesidad de una agenda feminista transformadora, que supone un reto para el Gobierno de coalición, el conjunto de fuerzas progresistas y el propio movimiento feminista.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/impulso-feminista/20200710213840177010.html

Sujeto y cambio feminista. Antonio Antón, en Rebelión (9/07) (17 pp.)

En este texto explico, desde la sociología crítica, las características del cambio feminista y las enlaza con los procesos identificadores y la conformación de un sujeto sociopolítico feminista. Tiene tres partes. La primera, “El cambio feminista”, analiza los tres niveles de identificación feminista, la pugna entre los distintos feminismos, el agotamiento del feminismo socioliberal y formalista y la expectativa del cambio institucional. La segunda, “El contexto del impulso feminista”, analiza la persistencia de la desigualdad, la discriminación y la violencia hacia las mujeres, junto con el insuficiente reconocimiento público de su aportación, los límites de las políticas públicas y las reformas regresivas que perjudican más a las mujeres, diferencio la identidad feminista de la identidad de género y destaco el choque entre el avance de la conciencia feminista y la persistencia de las desventajas relativas de las mujeres. La tercera, “Identidades y sujetos feministas”, señala dos aspectos complementarios de carácter teórico: el sentido de la pertenencia feminista como proceso de identificación y la formación de actores y sujetos colectivos, en particular el movimiento feminista.”

Referencia web original: https://rebelion.org/sujeto-y-cambio-feminista/

El cambio feminista. Antonio Antón, en Público (7/07)

“Me centro aquí, al calor de los debates de las últimas semanas, en un análisis de las dos tendencias de fondo en el movimiento feminista que explican la fuerte pugna sociopolítica y discursiva por su orientación y su representación. El contenido sustantivo está ya expresado en los tres grandes temas antedichos que han vertebrado la activación feminista: contra la violencia machista, por la igualdad relacional y por la libertad sexual. Pero antes de avanzar, explico los distintos niveles de identificación feminista para acercarnos de una forma más realista a la problemática de la identidad y la conformación del sujeto feminista, elementos constitutivos del cambio feminista…

En definitiva, ante las insuficiencias de la anterior gestión institucional, agravadas en el periodo del gobierno de la derecha, y la persistencia de la discriminación, se ha reactivado la acción colectiva feminista crítica. Está avalada por un sentido ético de superación de esa desigualdad injusta, muy diversa, segmentada e interseccional, pero que afecta en distintas proporciones a la mayoría de las mujeres. Desde una óptica más general esas tendencias discriminatorias han empeorado con la crisis económica, las medidas de ajuste neoliberal, las políticas públicas regresivas sobre el Estado de bienestar y contra el empleo decente, la extensión del paro y la precariedad laboral. Todo ello va en contra la igualdad de las mujeres y tiende a afianzar su subordinación.

El reto para el feminismo y las fuerzas progresistas es enorme y, junto con los desafíos de la respuesta a la crisis socioeconómica, territorial y ambiental, el alcance real del cambio feminista va a definir el tipo de país a configurar, la conformación y legitimidad de las fuerzas progresistas y la consolidación del propio movimiento feminista.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/dominiopublico/33762/el-cambio-feminista/

Identidades y sujetos feministas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (4/07)

Se ha configurado una dinámica basada en la indignación feminista ante una situación injusta, con una experiencia compartida y unos objetivos comunes igualitario-emancipadores. Hay distintos elementos diferenciadores y aspectos que se entrecruzan en los actuales debates feministas, con diferentes sensibilidades. En este artículo me centro en dos aspectos complementarios de fuerte densidad ideológica, no siempre bien interpretados: la identidad y el sujeto feminista. Selecciono varios párrafos:

“Las identidades, frente a los esencialismos deterministas, se construyen social e históricamente; son diversas, variables y contingentes. La identidad, como pertenencia colectiva y reconocimiento público, tiene un anclaje en una realidad material, institucional y sociocultural, en su contexto histórico; encarna una dinámica sustantiva de las relaciones sociales. Las identidades se configuran a través de la acumulación de prácticas sociales continuadas, en un marco estructural y sociocultural determinado, que permiten la formación de un sentido de pertenencia colectiva a un grupo social diferenciado con unos objetivos compartidos…

Por tanto, en la medida que se mantenga la desigualdad y la discriminación de las mujeres, sus causas estructurales, la conciencia de su carácter injusto y la persistencia de los obstáculos para su transformación, seguirá vigente la necesidad del feminismo, como pensamiento y acción específicos. Y su refuerzo asociativo e identitario, inclusivo y abierto, será imprescindible para fortalecer el sujeto sociopolítico y cultural llamado movimiento feminista y su capacidad expresiva, articuladora y transformadora. No es tiempo de postfeminismo, sino de un amplio feminismo crítico, popular y transformador frente a la pasividad o la neutralidad en este conflicto igualitario-emancipador. Eso sí, con una perspectiva integradora y multidimensional que le haga converger con los demás procesos emancipatorios…

Desde ese punto de vista, al igual que necesitamos más y mejor identificación feminista, precisamos más y mejores sujetos feministas; por supuesto, abiertos, plurales y en formación. En este caso, la identidad o el sujeto feminista, como partícipes de un proceso igualitario-emancipador, se diferencian de la identidad de género, que expresa la realidad diversa de las mujeres y sus específicos y variados estatus sociales y culturales…

En definitiva, el feminismo, con sus distintos niveles de identificación y pertenencia colectiva y su pluralidad de ideas y prioridades, es un movimiento social, una corriente cultural, un actor fundamental que, en una acepción débil, se puede considerar un sujeto sociopolítico en formación, inserto en una renovada corriente popular más amplia que califico de nuevo progresismo de izquierdas, con fuertes componentes ecologista y feminista.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/identidades-sujetos-feministas/20200704101603176816.html

Desafíos para el Gobierno. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 192 (julio)

En este ensayo explico los tres rasgos distintivos de la actual coyuntura sociopolítica: las estrategias (confrontativa y centrista) de las derechas contra el Gobierno progresista de coalición, el fuerte consenso social progresista, que constituye una amplia base para apoyar su programa, y los retos a corto y medio plazo del Gobierno y las fuerzas de progreso:

“El cambio de contexto, derivado de la crisis sanitaria por la Covid-19 y la consiguiente crisis social, económica y vital, modifica el marco de los planes gubernamentales iniciales y, junto con la respuesta inmediata a la citada crisis, exige una adaptación de su proyecto en los dos planos: a corto y a medio y largo plazo. Más allá de la ambigüedad de ciertas palabras, como modulación o adaptación del proyecto gubernamental pactado, voy a valorar los retos del Gobierno, una vez explicado el fracaso de la estrategia confrontativa de las derechas y el riesgo de la nueva estrategia ‘moderada’ que ha reaparecido, con su correspondiente objetivo de reajuste centrista para encarar la crisis social, económica e institucional…

Derivados de esa polarización entre las derechas y las izquierdas (y los nacionalismos), existen tres retos inmediatos e interrelacionados para resolver por el Gobierno de coalición y garantizar su sostenibilidad a medio plazo, con suficientes apoyos sociales y parlamentarios…

En resumen, desde los poderes establecidos se está organizando el intento, otra vez, de cerrar la oportunidad de una etapa de transformación progresista, aislar a las fuerzas sociales y políticas del cambio de progreso, garantizar el continuismo económico-social y restaurar un nuevo bipartidismo consensual y excluyente que asegure la estabilidad del orden establecido. No cabe duda de que hay detrás fuerzas poderosas y que de fructificar las consecuencias sociales y políticas serían desastrosas. Pero, en el actual contexto, si no se cometen errores graves por las fuerzas progresistas, ambas versiones, la dura y la blanda, están condenadas al fracaso, aunque no por ello hay que desconocerlas o despreciar su embate. La solución sigue siendo la reafirmación popular en una política de progreso, con su activación cívica, y la determinación y unidad de la coalición gubernamental con los apoyos progresistas y democráticos.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-192/ensayo/desafios-para-el-gobierno

Un fuerte consenso social progresista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (26/06)

Apunto la dimensión y persistencia de un elemento fundamental: La fuerte legitimidad cívica de una política social de progreso que frena a las estrategias normalizadoras y regresivas:

“La estrategia normalizadora de una gestión regresiva y autoritaria de la crisis no se ha podido consolidar estos dos últimos lustros, particularmente, por la oposición de una amplia contestación sociopolítica progresista. Finalmente, tras la moción de censura al gobierno de Rajoy y los altibajos consiguientes, salió derrotada por la mayoría ciudadana con los resultados electorales del 10-N-2019, la resiliencia de Unidas Podemos y sus aliados y la firmeza de sus bases sociales. Pero vuelve a emerger con fuerza. Ahora entra más en conflicto con los intereses y demandas de la mayoría ciudadana. Los datos empíricos sobre la amplitud del consenso social en torno a una salida de progreso son evidentes…

En definitiva, aunque no haya una fuerte articulación sociopolítica, hayan disminuido los procesos de movilización social, salvo el potente y masivo movimiento feminista, y, en gran parte, las expectativas de cambio de progreso se hayan trasladado al campo electoral y la gestión de la coalición gubernamental, existe una mayoritaria corriente de opinión favorable a una opción progresista y una predisposición cívica para evitar retrocesos sociales y democráticos. Constituyen el freno de fondo a la restauración institucional de las derechas y una gestión regresiva y autoritaria y, al mismo tiempo, un apoyo y una vigilancia hacia las políticas gubernamentales de progreso.”

Referencia web: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/analisis-sociopolitico-fuerte-consenso-social-progresista/20200626152558176548.html

Versión inicial en Rebelión (19/06): https://rebelion.org/un-fuerte-consenso-social-progresista/

Los retos del Gobierno. Antonio Antón, en Público (21/06)

Tercero de los artículos donde explico las estrategias de las derechas y grupos de poder (confrontativa y centrista) y los retos del Gobierno progresista:

“El principal reto para el Gobierno de coalición, entre el Partido Socialista y Unidas Podemos y sus convergencias, es la consolidación de su proyecto de cambio de progreso, con su readecuación a la nueva realidad de la actual crisis sobrevenida. Supone la reafirmación de la unidad gubernamental y la mayoría progresista de la investidura, con el refuerzo de su legitimidad pública y la gobernabilidad institucional, así como la neutralización de la estrategia confrontativa y de desgaste de las derechas. El cambio de contexto, derivado de la crisis sanitaria por la Covid-19 y la consiguiente crisis social, económica y vital, modifica el marco de los planes gubernamentales iniciales y, junto con la respuesta inmediata a la citada crisis, exige una adaptación de su proyecto en los dos planos: a corto y a medio y largo plazo. Más allá de la ambigüedad de ciertas palabras, como modulación o adaptación del proyecto gubernamental pactado, voy a valorar los retos del Gobierno, una vez explicado el fracaso de la estrategia confrontativa de las derechas y el riesgo de la nueva estrategia ‘moderada’ que ha reaparecido, con su correspondiente objetivo de reajuste centrista para encarar la crisis social, económica e institucional…

Derivados de esa polarización entre las derechas y las izquierdas (y los nacionalismos), existen tres retos inmediatos e interrelacionados para resolver por el Gobierno de coalición y garantizar su sostenibilidad a medio plazo, con suficientes apoyos sociales y parlamentarios…

En resumen, desde los poderes establecidos se está organizando el intento, otra vez, de cerrar la oportunidad de una etapa de transformación progresista, aislar a las fuerzas sociales y políticas del cambio de progreso, garantizar el continuismo económico-social y restaurar un nuevo bipartidismo consensual y excluyente que asegure la estabilidad del orden establecido. No cabe duda de que hay detrás fuerzas poderosas y que de fructificar las consecuencias sociales y políticas serían desastrosas. Pero, en el actual contexto, si no se cometen errores graves por las fuerzas progresistas, ambas versiones, la dura y la blanda, están condenadas al fracaso, aunque no por ello hay que desconocerlas o despreciar su embate. La solución sigue siendo la reafirmación popular en una política de progreso, con su activación cívica, y la determinación y unidad de la coalición gubernamental con los apoyos progresistas y democráticos.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/34413/los-retos-del-gobierno/

La nueva estrategia centrista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (19/06)

Explico el sentido y alcance, tras el agotamiento de la estrategia confrontativa del PP y combinada con ella, de la emergente estrategia centrista, con apoyos poderosos, frente al Gobierno de coalición y su proyecto progresista:

“La estrategia de la derecha del PP (y su acompañante e inductor VOX), de confrontación abierta y manipuladora, contra el gobierno de coalición progresista está en vías de ser derrotada. Resurge así otra estrategia paralela que defino de recomposición y continuidad centrista. Empiezo por sus precedentes y el contexto actual de fuerzas sociopolíticas y legitimación cívica que aventura su fracaso, sin infravalorar su dimensión y sus objetivos políticos perniciosos y que conllevaría negativas consecuencias sociales…

Esas alternativas institucionales, con el pacto gubernamental y de investidura, no son modificables… hasta unas nuevas elecciones generales. Una cuestión es la geometría variable para aprobar determinadas medidas parciales. Una mera ampliación de los apoyos de Ciudadanos, incluso del Partido Popular, a alguna medida progresista o neutra, desde el refuerzo de la unidad de la alianza gubernamental y el proyecto compartido, no es problemática. Ayudaría a la estabilidad institucional y la fluidez de la recuperación socioeconómica. Pero las derechas y los poderes económico-financieros no van por ahí. La nueva estrategia centrista es más ambiciosa con un objetivo más de fondo: la reorientación de las prioridades de la política social, económica y territorial; la modificación sustancial del programa progresivo de Gobierno. Las presiones van hacia un reequilibrio del campo de las alianzas, con un menor peso de UP y sus convergencias (y todavía menos de ERC y EH-Bildu) y mayor influencia de las organizaciones empresariales (y otros grupos fácticos), mediados por C’s, sectores (moderados) del PP (y algunas de sus Comunidades Autónomas y Ayuntamientos), así como de sectores socialistas afines al expresidente Felipe González y el anterior susanismo…

En definitiva, ante el fracaso de la estrategia confrontativa del PP (y VOX) resurge otra estrategia paralela, más sutil en lo discursivo aunque ambiciosa en sus objetivos y poderosa en sus recursos y métodos: la presión fáctica, revestida de diálogo transversal con vetos y amenazas, para reorientar la acción gubernamental hacia el centrismo continuista, particularmente respecto de los tres grandes ejes transformadores: la agenda sociolaboral, la justicia fiscal (de ingresos y gastos públicos) y el diálogo territorial. Supone la moderación de la amplitud y el ritmo del programa compartido de la coalición progresista y sus apoyos, su modificación centrista con el pretexto de las presiones fácticas y europeas, el reajuste del equilibrio gubernamental, neutralizando el sanchismo y, en todo caso, el debilitamiento del papel sociopolítico e institucional de Unidas Podemos y sus convergencias. Con la reinvención del sanchismo y la firmeza de UP, junto con el apoyo cívico, se le puede derrotar.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/nueva-estrategia-centrista/20200619140240176285.html

Juventud precaria y sindicalismo. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (5/06)

Trato aquí el tema candente de la precariedad laboral juvenil y las tareas de los sindicatos para su transformación, más en este contexto con el reto conjunto con este Gobierno progresista de coalición de hacerle frente por su impacto en la mayoría social y su base social juvenil, en especial para UP. Selecciono varios párrafos:

“Dentro de la precariedad laboral existen tres planos: 1) Inestabilidad, inseguridad, fragilidad en el empleo. 2) Flexibilidad y penosidad en las condiciones laborales, junto con bajos salarios. 3) Indefensión, subordinación y desprotección. Los tres planos están interrelacionados. Estar en la precariedad y, más todavía, ser trabajadora o trabajador precario supone la permanencia prolongada en una situación de empleo precario o de paro. Es lo que pasa a la mayoría de jóvenes, en un proceso largo de socialización laboral con un disciplinamiento en la subordinación en la empresa, que contrasta con un ambiente más libre e igualitario en la escuela y la sociedad…

En conclusión, persiste una tarea estratégica difícil para el sindicalismo: cambiar profundamente las dinámicas laborales y sindicales y que se modifiquen las tendencias dominantes en las relaciones entre el conjunto de la juventud trabajadora y los sindicatos. No entro a valorar la necesidad obvia de un avance sustancial en la acción contra la precariedad laboral, en la negociación colectiva y en los acuerdos generales. Pero es probable que los cambios sean parciales y puedan afectar a jóvenes trabajadores y trabajadoras con condiciones más favorables para la acción colectiva y sindical. En ese sentido, el actual cambio político, con un Gobierno progresista, ofrece una mayor oportunidad para mejorar esas condiciones laborales, salariales y de empleo, en el marco de reformas de progreso más amplias. Me quedo en un aspecto particular: El importante papel de los y las sindicalistas jóvenes como puente entre juventud trabajadora y sindicatos y a su vez como conexión e interacción con las élites juveniles en otras esferas y movimientos sociales…

En resumen, es necesario un nuevo impulso para fortalecer los vínculos entre juventud trabajadora y sindicatos. Pasa por atajar la amplia precariedad laboral y por una mayor adecuación de la acción y la cultura sindical que refuerce esa aproximación.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/juventud-precaria-sindicalismo-empleo/20200605123758175773.html

Polémicas sobre las rentas básicas (1/06). Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 191 (junio)

Acabo de publicar un amplio estudio teórico sobre los tres tipos de rentas básicas, con una valoración crítica al modelo ortodoxo de Renta Básica Universal (RBU), que defiende la Red Global de Renta básica, inspirada en su presidente internacional Van Parijs, y la defensa de una renta social contra la vulnerabilidad socioeconómica, la gran prioridad del momento (ver Rentas sociales: igualdad, libertad y reciprocidad). Ambos modelos se presentan como una superación del actual e insuficiente sistema de Rentas Mínimas de Inserción de las Comunidades Autónomas, ante lo que el Gobierno va a aprobar una propuesta de mejora con el citado IMV, complementaria con ellas, centrada en la acción contra la pobreza y cuya orientación integradora e igualitaria comparto, aunque su dimensión y su desarrollo en un plan articulado y convergente está por concretar y habrá que analizar.

En este ensayo pretendo clarificar los fundamentos teóricos y éticos de los distintos modelos de rentas básicas o sociales y las principales controversias y polémicas. Está dividido en tres partes. La primera explica los “Tres modelos de rentas básicas” y enmarca el criterio de su incondicionalidad; la segunda analiza “La reciprocidad en las rentas sociales”, y la tercera profundiza en “Los debates sobre las rentas básicas”, desde un enfoque social, relacional y contractualista.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-191/ensayo/polemicas-sobre-las-rentas-basicas

Debates sobre las rentas básicas. Antonio Antón, en Público (17/05)

“En un reciente e interesante sondeo (ver “Dos de cada tres españoles piden más impuestos a los ricos y la renta básica”, en Público, 12/05/2020), se destaca el gran apoyo ciudadano a la justicia fiscal, con mayor gasto público en sanidad y educación (86%), y a las rentas básicas (73%). En este caso, es significativa la gran diferencia entre las personas partidarias de una renta básica universal (el 10%) y una renta social como el Ingreso Mínimo Vital (63%). La proporción es de más de seis a uno, con un gran apoyo al segundo modelo que prioriza a la gente vulnerable y la acción por la igualdad, tal como vengo defendiendo. O sea, la primera, además de inadecuada por su distribución generalizada al margen de las necesidades sociales, es muy minoritaria y tiene poca legitimidad social.

Me centro aquí en algunos fundamentos teóricos y éticos de estos dos modelos alternativos, su ideología subyacente y sus efectos culturales, aspectos que, normalmente, no aparecen en los debates públicos. Las diferencias sustanciales entre ellos son, por un lado, las características de la universalidad e incondicionalidad de la RBU y, por otro lado, la fundamentación en los valores de la igualdad social y la reciprocidad, que defiendo junto con otros autores como Claus Offe y Vicenç Navarro…

Los criterios distributivos deben basarse en un enfoque relacional y social, con la interacción de los tres valores fundamentales: igualdad, libertad y solidaridad (o reciprocidad). Así, considerando que estamos ante una distribución pública que debe corregir la desigualdad del mercado, es decir, que debe ser progresiva, el sentido de la igualdad debe definirse por sus objetivos y resultados igualitarios, no por una previa distribución pública igual para todas las personas. La igualdad de trato distributivo se debe realizar en condiciones iguales; ante situaciones y necesidades desiguales el Estado debe ser compensador o redistribuidor, con un trato equitativo para conseguir la igualdad y garantizar un soporte para la emancipación y la autonomía personal y grupal.

En definitiva, el énfasis en la universalidad y la incondicionalidad totales del modelo dogmático de la RBU y su doctrina justificativa no facilitan un proyecto de reforma social progresiva y de avance hacia una sociedad de bienestar, y no recogen el sentido social de la redistribución de una renta pública y de la protección social. Sólo en la medida que ese discurso pasa a un segundo plano y se sustituye por otra orientación, más igualitaria, relacional y solidaria, puede contribuir a la educación cultural y la reforma social progresivas."

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/33049/debates-sobre-las-rentas-basicas/

La reciprocidad en las rentas sociales. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (16/05)

En esta segunda parte profundizo en el tema complejo de la incondicionalidad, desde un enfoque social, relacional y contractualista. Selecciono varios párrafos:

“Una de las características que cruzan los distintos modelos de rentas básicas o sociales, que he analizado en la primera parte (ver Tres modelos de rentas básicas, Nueva Tribuna, 10/05/2020), es su incondicionalidad, tema complejo, controvertido y con muchas aristas que conviene clarificar. La polémica no se reduce a incondicionalidad sí o no; sino al papel de los valores de reciprocidad y solidaridad que, desde un enfoque relacional y contractualista, deben presidir los sistemas de protección social, incluida una renta pública…

Replanteando la incondicionalidad pura nos permite un mejor enfoque para afianzar la capacidad autónoma del individuo y sus relaciones sociales, y reforzar lo público con una visión colectiva y solidaria de las políticas y los derechos sociales. Por otro lado, hay que superar la condicionalidad individual rígida. La fórmula ‘tanto trabajas, aportas o cotizas, tantos derechos tienes’ es unilateral. Las fuertes tendencias neoliberales tienden a compensar -insuficientemente- a cada persona según su contribución, su trabajo o su esfuerzo individual. Es la base del contrato laboral y de la fuerte monetización de la vida pública y privada actual, y es una parte sustancial de los sistemas de remuneración (rentas, salarios, pensiones y prestaciones de desempleo) y del estatus laboral y de consumo. Es la vieja justificación individualista y meritocrática, sin igualdad real de oportunidades derivada del origen, el estatus, las trayectorias o las condiciones vitales…

Es legítima la conformación de una opinión, unas propuestas y una ética pública que oriente la distribución de las obligaciones laborales y familiares en un sentido más igualitario y acordado, respetando la autonomía individual para conformar sus proyectos vitales, pero resaltando los valores de la solidaridad y la reciprocidad y los mecanismos participativos y democráticos para resolver los conflictos y las tareas colectivas…

Los argumentos de ese modelo inflexible de RBU sobre la incondicionalidad pura parten del énfasis unilateral en el derecho del individuo abstracto, al margen de sus relaciones sociales, y pueden facilitar una mentalidad no solidaria…

Por tanto, frente a la presión neoliberal por los deberes no es bueno quedarse sólo en la defensa unilateral de los derechos, sino acompañarla con el fortalecimiento de los valores solidarios y de reciprocidad.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/reciprocidad-enlas-rentas-sociales/20200516170902174934.html

Rentas sociales: igualdad, libertad y reciprocidad. Antonio Antón, en Rebelión (14/05)

En este amplio ensayo (35 pp.) abordo los fundamentos teóricos y éticos de los distintos modelos de rentas básicas o sociales:

“El debate político y normativo se ha redoblado desde distintas posiciones. No obstante, tras esta polémica subyacen ciertos esquemas teóricos, éticos e ideológicos que, normalmente, no aparecen en primer plano pero están condicionando las propuestas de reformas. Este texto pretende aclarar la justificación y el sentido teóricos de una renta pública y, más en general, de la protección social, así como explicar la relación entre los grandes objetivos democráticos y republicanos de igualdad, libertad y reciprocidad (o solidaridad) como fundamentos de la sociabilidad desde un enfoque social, relacional, crítico y multidimensional…

Explico dos aspectos clave: la relación entre la universalidad de los derechos y la acción por la igualdad ante necesidades sociales desiguales, y la oposición entre incondicionalidad total y reciprocidad o valores solidarios. Y realzo la importancia del componente cultural de este debate en los procesos de socialización y legitimación social, así como en la conformación de la ciudadanía social y en la renovación de nuevas mentalidades y corrientes de pensamiento…

Además, analizo la relación del trabajo con una renta básica y los aspectos teóricos de las diversas corrientes de pensamiento implicadas, así como expongo los criterios fundamentales de una renta social.”

Referencia web original: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/05/Rentas-sociales-igualdad-libertad-y-reciprocidad.pdf

Tres modelos de rentas básicas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (10/05)

Explico las características, con los puntos comunes y las diferencias, de los tres modelos:

“Hay tres modelos de rentas básicas. Por una parte, los sistemas de Rentas Mínimas de Inserción, desarrollados por las Comunidades Autónomas y en la mayoría de los países europeos. Salvo en algunos casos (País Vasco y Navarra), y aunque palían parcialmente situaciones de exclusión social, tienen grandes limitaciones de cobertura, suficiencia y sistema de gestión; muchos de ellos, están desarrollados desde enfoques socioliberales e, incluso, liberal conservadores.

Por otra parte, hay dos modelos diferenciados que se plantean su superación aunque con objetivos y justificaciones diferentes que hay que aclarar. El segundo es el modelo ortodoxo de Renta Básica Universal (RBU) inspirado en Van Parijs, presidente internacional de la Red Global de Renta Básica, define la RBU como una renta pública pagada por el Estado, individual, universal –igual y para todos e independientemente de otras rentas- e incondicional –sin contrapartidas ni vinculación al empleo-…

La definición pura de ese modelo mantiene una ambigüedad deliberada sobre su sentido social y comunitario, sobre a qué clases sociales beneficia y sobre el objetivo de una sociedad más solidaria y con mayor igualdad, aspectos fundamentales para concretar una distribución de la renta pública y el papel del gasto social. Solo cuando pasan al segundo peldaño, su financiación y la correspondiente reforma fiscal, aparecen las posiciones contradictorias, progresivas o regresivas, de las distintas corrientes ideológicas que avalan esa primera receta.

El tercer modelo de renta social es el que defiendo: en una sociedad segmentada, con fuerte precariedad y con una distribución desigual del empleo, la propiedad y las rentas, se debe reafirmar el derecho universal a una vida digna, el derecho ciudadano a unos bienes y unas rentas suficientes para vivir; son necesarias unas rentas sociales o básicas para todas las personas sin recursos, para evitar la exclusión, la pobreza y la vulnerabilidad social; se debe garantizar el derecho a la integración social y cultural, respetando la voluntariedad y sin la obligatoriedad de contrapartidas, siendo incondicional con respecto al empleo y a la vinculación al mercado de trabajo, pero estimulando la reciprocidad y la cultura solidaria, la participación en la vida pública y reconociendo la actividad útil para la sociedad; hay que desarrollar el empleo estable y el reparto de todo el trabajo, incluido el reproductivo y de cuidados, y fortalecer los vínculos colectivos; se trata de consolidar y ampliar los derechos sociales y la plena ciudadana social con una perspectiva democrática e igualitaria. Mi posición está más cercana a posiciones transformadoras de la desigualdad y defensoras de una ciudadanía social plena como las de L. Ferrajoli, T. H. Marshall, V. Navarro, C. Offe, A. Sen o J. A. Stiglitz.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/modelosde-rentas-basicas/20200510180829174690.html

Rentas básicas garantizadas. Antonio Antón. Mientras Tanto nº 190 (mayo)

Ante la crudeza de la nueva dimensión de vulnerabilidad socioeconómica por la pandemia del coronavirus y sus consecuencias económicas y de empleo, se ha ido poniendo en primer plano la necesidad de una renta social garantizada como garantía de último recurso para evitar la dinámica de desigualdad y exclusión social. Aquí explico sus características y el debate suscitado. Selecciono varios párrafos:

“Me centro en esa medida social urgente, llámese ingreso mínimo vital, renta básica, renta garantizada, renta mínima… Se trata de una renta social o pública que busca compensar a la gente que ha visto disminuir sus recursos y aumentar sus necesidades vitales y se mantiene en una situación vulnerable. Además de su impacto económico tiene, sobre todo, un papel social reequilibrador o de rescate ciudadano para superar el riesgo de pobreza…

Aludo a dos aspectos generales con los que se interrelaciona una renta social y sobre los que hay una diversidad de opiniones. Primero, su relación con el empleo (o el trabajo), que entiendo complementario de la protección social… Segundo, hay que definir su objetivo, aclarar el debate de su universalidad e incondicionalidad, así como abordar las características de su gestión. Mi posición ya la he adelantado: garantizar unas condiciones de existencia dignas a las personas vulnerables, necesitadas de una protección pública…

En los últimos años, tras la crisis social y económica, la propuesta de una renta social (o básica) garantizada, dentro de un plan más global de rescate ciudadano, ha tenido una mayor repercusión pública, aunque sin apenas cambios normativos y presupuestarios, solo algunos retóricos. Los argumentos, críticas y justificaciones teóricas apenas han cambiado en estas tres décadas…

En definitiva, el punto de partida y el objetivo para una renta social es la existencia de una situación de vulnerabilidad social y económica a resolver, de un rescate ciudadano a implementar con la garantía de una vida digna, del acceso a la plena ciudadanía social y a la integración en la vida cívica de los sectores vulnerables.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-190/ensayo/rentas-basicas-garantizadas

El gran pacto, improbable. Antonio Antón, en Público (26/04)

Explico la paradoja de por qué la mayoría ciudadana pide diálogo y, al mismo tiempo, ve improbable un acuerdo global, así como la necesidad de un plan modernizador, democratizador e igualitario y el conflicto de poder. Selecciono varios párrafos:

“Los Pactos de la Moncloa conllevaron para las derechas dos condiciones fundamentales que consiguieron entonces y ahora no pueden: su orientación neoliberal y su hegemonía política, con la marginación de la activación popular. Su reedición supondría cambiar a este Gobierno de coalición progresista, desalojando a Unidas Podemos, y reorientar sus prioridades. Como su emplazamiento es imposible de aceptar por el Partido socialista (y sus aliados), se pasan al boicot…

No hay alternativa a la mayoría de progreso de la investidura. Ya se intentó durante un lustro con distintas fórmulas. La resiliencia cívica y el 10-N las sepultó. Una variante, también fracasada, es cambiar de Presidente, a lo que se prestarían algunos sectores socialistas (como en el fiasco susanista contra Sánchez) poniendo otro candidato que garantizase un pacto de gobernabilidad con el PP. No obstante, para la dirección socialista no hay mejor oferta que el actual acuerdo de progreso…

La apuesta de las derechas a medio plazo parece que es promover el desgaste gubernamental, romper la coalición progresista y presionar para la convocatoria de elecciones anticipadas para retomar la hegemonía institucional. Interés partidista, alejado de sus grandes palabras de defender el bienestar social o un proyecto solidario de país, que le pasará factura…

Al Gobierno solo le cabe dos atareas entrelazadas. Primero, dialogar con el conjunto de fuerzas parlamentarias, agentes sociales y Comunidades Autónoma (y grandes municipios), con la posibilidad de llegar a algún acuerdo parcial con ellos. Segundo, reforzar la actual mayoría de la investidura y la alianza progresista y ampliar su legitimidad social, e implementar un plan modernizador, equitativo y democratizador. En definitiva, hacer frente a la pugna de legitimación pública y consolidar una trayectoria de progreso, en beneficio de la mayoría social, que pueda prolongarse para la próxima legislatura.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/32281/el-gran-pacto-improbable/

Editado por Rebelión (28/04): https://rebelion.org/el-gran-pacto-improbable/

Los Pactos de la Moncloa de ayer y de hoy. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (19/04)

Comento las características y las diferencias sustanciales de los dos procesos:

“Existe un punto común entre los dos momentos y contextos, de entonces y ahora: una grave crisis social y económica, aun con distintas particularidades. Y una diferencia sustancial: distinta hegemonía gubernamental, ayer, el centro derecha y hoy las fuerzas progresistas. En esta fase previa de legitimación de los enfoques conviene precisar tres aspectos respecto de los embellecidos Pactos de la Moncloa con los que se compara este plan negociador…

En conclusión, ayer los Pactos de la Moncloa tuvieron un amplio consenso institucional (no social) y se aplicó sobre todo lo negativo para la mayoría trabajadora; los defienden a rabiar las derechas. Pero hoy ese tipo de acuerdo, problemático y ambivalente, no tendría ese apoyo político y mucho menos popular. No hay margen para un acuerdo intermedio. Y el pacto y las condiciones propuestas por el gobierno de coalición, de contenido social y en defensa de lo público y bajo su liderazgo, son rechazados por las derechas. El proceso negociador quedará en una pugna comunicativa y de legitimación social de cada parte, quizá en algún acuerdo parcial. Sobre todo, evidenciará la necesidad de fortalecer el actual compromiso de la investidura y el acuerdo de progreso, con la correspondiente adaptación para hacer frente a la crisis que se avecina.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/pactos-moncloa-ayer-hoy-coronavirus-pactoreconstruccion-pedrosanchez-democracia/20200419095102173734.html

Pactos de la Moncloa y estrategias sindicales. Antonio Antón, en Rebelión (10/04) (23 pp.)

Este texto es un fragmento del libro El devenir del sindicalismo y la cuestión juvenil (ed. Talasa, 2006). Corresponde a la etapa de la transición política y los primeros años de la etapa democrática (1976/1984). Es un análisis de la política de pactos sociales, cuyo primer y gran eslabón fue los Pactos de la Moncloa (1977), y del modelo de relaciones laborales que se implantó y, básicamente, sigue vigente. Ahora que se vuelve a rememorar esa experiencia como modelo positivo a imitar me ha parecido conveniente reeditarlo para explicar sus particularidades y sacar enseñanzas, sin entrar a valorar las distancias con el momento actual. Lo elaboré, por tanto, casi tres décadas después de los hechos principales, con cierta perspectiva histórica y contando con la observación participante. Utilicé abundante documentación y bibliografía, citada en el libro, pero que no he detallado aquí, al igual que las notas no importantes, para hacer la lectura más ligera. Habiendo pasado ya catorce años desde su redacción, que he revisado, considero que la interpretación expresada sigue siendo válida en lo fundamental y puede contribuir para fijar una posición más madurada ante los desafíos inmediatos derivados de la crisis actual.

Referencia web original: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/04/Pactos-de-la-Moncloa-y-estrategias-sindicales-REB.pdf

Renta garantizada. Antonio Antón, en Público (9/04)

Tras la constatación de la crudeza de la nueva dimensión de vulnerabilidad socioeconómica por la pandemia del coronavirus y sus consecuencias económicas y de empleo, explico las características de una renta social garantizada:

“Me centro en esa medida social urgente, llámese ingreso mínimo vital, renta básica, renta garantizada, renta mínima… Se trata de una renta social o pública que busca compensar a la gente que ha visto disminuir sus recursos y aumentar sus necesidades vitales y se mantiene en una situación vulnerable. Además de su impacto económico tiene, sobre todo, un papel social reequilibrador o de rescate ciudadano para superar el riesgo de pobreza…

Para combatir la pobreza y la vulnerabilidad socioeconómica parto de ese marco institucional, social y cultural en que se combinan dos ejes fundamentales de la ciudadanía social: uno, la universalización de los derechos sociales y las correspondientes garantías institucionales y fiscales a todas las personas (residentes) por su pertenencia a una sociedad, y que hay que reafirmar; otro, la aplicación particularizada de ese derecho, su implementación distributiva y su concreción, de acuerdo con la necesidad de cada individuo y grupo social. El derecho universal es a una existencia digna, no a una distribución pública igual para todos, al margen de sus condiciones previas, muy desiguales en la sociedad actual.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/31524/renta-garantizada/

Reforzar la protección social: ingreso mínimo vital. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (8/04)

Tras una valoración de los límites de las actuales rentas mínimas y la necesidad de una renta social para los sectores vulnerables hago una reflexión general sobre el necesario refuerzo de la política social:

“Se ha puesto de manifiesto la importancia de los servicios públicos, especialmente el sistema sanitario, el intervencionismo de un Estado protector y solidario, la consistencia de lo común y la cooperación social y la necesidad de una nueva gobernanza europea e internacional. El interrogante es qué reajustes se van a producir en la estructura socioeconómica, las mentalidades y actitudes cívicas y la legitimidad de las distintas opciones políticas, liberal-conservadoras y progresistas, a la hora de encarar las políticas públicas. En resumen, cómo evitar nuevas desigualdades y la involución social y democrática, a diferencia de la anterior crisis económico-financiera y sus políticas prepotentes de austeridad. En el fondo, el dilema y la pugna sociopolítica se plantea respecto de la necesidad (o no) de reelaborar y consolidar los fundamentos de la justicia social, de avanzar (o no) en la igualdad social, la libertad y la solidaridad colectiva, de fortalecer (o no) los derechos humanos, cívicos y sociales.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/reforzar-proteccion-social/20200408131103173273.html

Nueva indignación. Antonio Antón. Reeditado por Rebelión en abril de 2020 (publicado en junio de 2018)

“Queda lejos el 15-M-2011. No obstante, con características distintas y en un contexto diferente, se está conformando un nuevo proceso de indignación social, con dinámicas proclives a la activación cívica, con motivos y ámbitos específicos, entre los que sobresale un renovado e integrador sujeto sociopolítico. Me refiero, sobre todo, al movimiento feminista y su ejemplar y justa movilización por la igualdad y la justicia…

Las fuerzas alternativas tienen un gran reto: definir y consolidar un proyecto de cambio con un fuerte perfil social, vinculado a los problemas y percepciones de la mayoría social y estimulando los procesos de indignación social y activación cívica. El sujeto sociopolítico no se construye solo o principalmente por el discurso de una élite política o ilustrada. Se conforma a través de la experiencia relacional y la articulación popular en el conflicto social y frente a las relaciones de poder, desigualdad y subordinación.”

Referencia web original: https://rebelion.org/nueva-indignacion/

El vacío teórico socialista. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 189 (abril 2020) 

Una reflexión en la que explico las implicaciones estratégicas y de alianzas del relativo vacío teórico socialista, a raíz de la aportación de Manuel Cruz, intelectual y senador del PSC:

“En definitiva, no se trata de analizar el futuro desde una bola de cristal. Solo hay que señalar que los motivos del presente acuerdo gubernamental no derivan de compartir una estrategia (y una teoría) de progreso, sino de una conveniencia táctica mutua derivada del reequilibrio de poder tras el 10-N… que puede cambiar para la siguiente legislatura. La razón es que, especialmente, la dirección socialista no está interesada en elaborar y compartir con las fuerzas del cambio un diseño de país más ambicioso y duradero. Esa es la moraleja que, indirectamente, podemos sacar de la valoración de este senador del PSC, en funciones más de intelectual, sobre los déficits del ideario socialista pero que tiene grandes repercusiones estratégicas que no aborda.

Así, volviendo al principio, el Partido Socialista y, en otro plano, el conjunto de las fuerzas progresistas y de izquierda tienen un reto por delante: impulsar un proyecto democrático y transformador de progreso, integrador del rojo, verde y violeta (y la plurinacionalidad). En particular, partiendo de la refundación teórica que reclama Manuel Cruz, sobre todo el PSC y el sanchismo deben clarificar qué contenido sustantivo debería tener ese ideario socialista que fije un rumbo a su estrategia a medio plazo y clarifique su acción gubernamental y de alianzas con un proyecto más nítido, social y democrático de país y, de paso, construya una referencia renovadora de la socialdemocracia y el conjunto de las izquierdas para, al menos, todo el sur de Europa. El riesgo es que quede en el enésimo lavado de fachada, con la consiguiente continuidad de la crisis de las izquierdas y la recomposición de las derechas. Por ello hay que tomarse en serio el diagnóstico del político-intelectual catalán, completarlo y avanzar en un plan transformador.”

Referencia web: http://www.mientrastanto.org/boletin-189/ensayo/el-vacio-teorico-socialista

Una versión inicial se publica en Nueva Tribuna (19/03): https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/vacio-teorico-socialista/20200319002524172279.html

El refuerzo de la democracia. Antonio Antón, en Público (15/03)

A partir de D. Innerarity, explico la insuficiencia de una simple estrategia comunicativa para frenar el autoritarismo y la necesidad de ensanchar la democracia con una actitud democrática y operativa frente a la ultraderecha:

“O sea, no se puede caer en la ingenuidad del idealismo discursivo como motor de cambio de progreso si, al mismo tiempo, el diálogo y la conversación con sectores autoritarios no se acompañan de medidas prácticas de profundización democrática y avances solidarios e igualitarios.

Se trata de ensanchar la democracia, así como de desactivar las conexiones regresivas y autoritarias de las derechas extremas, ventajosas con el apoyo de determinadas estructuras de poder, y aislar sus actuaciones antidemocráticas. Siempre con exquisito rigor democrático, respetuoso con los derechos humanos y el Estado de derecho, aunque valorando el sentido político, ético y democrático de cada trayectoria político-institucional para reforzar la democracia y la cohesión social.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/30346/el-refuerzo-de-la-democracia/

Reeditado por Rebelión (18/03): https://rebelion.org/el-refuerzo-de-la-democracia/

Interseccionalidad y feminismos. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (6/03)

Analizo los procesos identitarios, en particular los feministas, la interseccionalidad como interacción de identidades y la articulación (interseccional) de la acción colectiva e institucional. Selecciono un párrafo:

“Son procesos democratizadores, igualitarios, críticos frente a los poderosos y con una orientación de progreso. Pero esta experiencia, ya nos indica la superación de la rígida separación entre los componentes culturales, la redistribución y la firmeza democrática y participativa frente al poder establecido. Con la crisis socioeconómica, especialmente, ya no se pueden separar las demandas clásicas de la izquierda (igualdad social, derechos sociolaborales, protección pública, servicios públicos de calidad, empleo decente, regulación y renovación de la economía y del aparato productivo) de reclamaciones, por ejemplo feministas, que ya no son solo culturales sino que tienen impacto evidente con las estructuras sociales y los comportamientos colectivos: contra la violencia machista y por la libertad sexual, contra la precariedad laboral femenina y las brechas de género.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/interseccionalidad-feminismos/20200306141628171781.html

Feminismos, interseccionalidad e identificaciones. Antonio Antón, en Rebelión -sección Libros Libres- (4/03)

Este ensayo (38 pp. en PDF) tiene un hilo conductor: La conformación de nuevos procesos identificadores, en particular, el feminismo, así como su interacción en una dinámica interseccional o común, en el marco de una tendencia más amplia de formación de un nuevo progresismo de izquierdas.

El primer capítulo, El nuevo progresismo de izquierdas, es una síntesis de una investigación más amplia, basada en datos del CIS. En la primera parte expongo las variables sociodemográficas de los diversos electorados -edad, sexo y clase social-; en la segunda parte analizo sus características político-ideológicas. Así, detalla la particularidad de la base electoral de las fuerzas del cambio y la compara con la del Partido Socialista, para interpretar las bases sociales que pueden condicionar la evolución política y la gestión gubernamental y modificar las expectativas sociales y la legitimidad de ambas formaciones.

El segundo capítulo, Activación feminista, explica la participación masiva, democrático-igualitaria de las últimas movilizaciones feministas, las dos tendencias principales del movimiento feminista y la apuesta por un feminismo crítico, inclusivo y transformador.

El tercer capítulo, Interseccionalidad y procesos identitarios, analiza los procesos identitarios, la interseccionalidad como interacción de identidades y la articulación (interseccional) de la acción colectiva e institucional.

El cuarto capítulo, Identificaciones feministas, tras una descripción de los tres niveles de conciencia feminista, aborda los procesos identificadores y el sentido de las identidades.

Reúne diversos artículos recientes, revisados para esta edición, publicados en Rebelión, Público, Nueva Tribuna y Mientras Tanto.

Referencia web original: https://rebelion.org/download/feminismos-interseccionalidad-e-identificaciones/?wpdmdl=598301&refresh=5e5f69ff214df1583311359

Identidades e interseccionalidad. Antonio Antón, en Mientras Tanto, nº 188 (marzo 2020)

Ensayo completo donde explico los procesos identitarios, la interseccionalidad como interacción de identidades, la articulación (interseccional) de la acción colectiva e institucional, la identificación feminista, los procesos identificadores y el sentido de las identidades. Expongo un párrafo de la introducción:

“Estos dos conceptos, identidad e interseccionalidad, han recobrado relevancia en el pensamiento social y, en particular, para la teoría feminista. Hacen referencia a algunas características de los grupos sociales, su reconocimiento y su relación, que conforman su actitud sociopolítica en un contexto de grandes transformaciones sociales. Por separado pero, sobre todo, juntos, ayudan a explicar la formación de nuevos actores (o sujetos), individuales y colectivos, y sus procesos participativos y colaborativos en el marco del cambio sociocultural y político. Conllevan una experiencia relacional diversa que se combina con lo común de la interacción humana, al mismo tiempo que con su pluralidad.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-188/ensayo/identidades-e-interseccionalidad

Identificaciones feministas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (26/02)

Un ensayo sobre la identificación y el sujeto feminista en el marco de los procesos identificadores más generales y con una valoración del sentido de las identidades. Cito el último párrafo:

“En definitiva, en el debate sobre el sujeto y la identidad feminista (que no femenina), habría que superar los determinismos sociodemográficos y estructurales, así como los idealismos culturalistas de priorizar, para definir su carácter, los proyectos y aspiraciones (aunque sean también importantes). A partir de la realidad de desigualdad y subordinación de las mujeres e integrando las demandas de sus derechos igualitarios-emancipadores, debería ponerse el acento, desde esta interpretación relacional y crítica, en los procesos de identificación colectiva derivados de unas prácticas sociales, unos comportamientos o unas costumbres comunes que establecen unos vínculos sociales y una cultura sociopolítica con ese carácter feminista. Es el nexo social y realista para una transformación hacia la libertad y la igualdad”.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/identificaciones-feministas/20200226103452171479.html

Activación feminista. Antonio Antón, en Público (14/02)

Una valoración de las características de las movilizaciones feministas, masivas, democráticas e igualitarias, y su contexto, así como sobre las dos tendencias principales del movimiento feminista y la necesidad de un feminismo crítico, inclusivo y transformador:

“Ante las insuficiencias de esa gestión institucional y la persistencia de la gravedad discriminatoria, se ha reactivado la acción colectiva feminista crítica y avalada por un sentido ético de superación de esa desigualdad injusta, muy diversa, segmentada e interseccional, pero que afecta en distintas proporciones a la mayoría de las mujeres.

El movimiento feminista en España ha pasado por varias etapas, tiene variadas corrientes y una gran diversidad ideológica y política. No obstante, se ha constituido como un amplio y unitario movimiento social, democrático y progresista, que temen las derechas reaccionarias y los grupos conservadores por su impacto transformador. Tiene una orientación igualitaria frente a los privilegios relacionales con la demanda de un reequilibrio de los papeles sociales tradicionales, entre mujeres y varones, un cambio cultural, familiar y de estilos de vida y un reajuste de las identificaciones personales y de género, de la masculinidad y la feminidad. Como movimiento social y cultural progresista conlleva la necesidad de la acción colectiva frente a una situación de subordinación, una reafirmación en la participación cívica y solidaria y un sentido igualitario-emancipador…

En definitiva, persisten los motivos para la acción colectiva feminista. Las demandas al nuevo Gobierno de coalición están claras y la oportunidad de cambio de las políticas públicas es realista. Pero la experiencia pasada de modificaciones retóricas o muy parciales, junto con callejones sin salida, están en la memoria colectiva. Y las grandes dificultades para reformas significativas son evidentes. Será necesario mantener la activación feminista… continuando por este 8 de marzo.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/29242/activacion-feminista/

El nuevo progresismo de izquierdas. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 187 (febrero 2020)

Síntesis del Informe sobre las características sociodemográficas y de cultura política, de los electorados, particularmente de los progresistas o de izquierda, a partir del Barómetro del CIS:

“El perfil mayoritario de la base social y electoral de las fuerzas del cambio de progreso es el siguiente: Joven, urbano, de clase trabajadora y estudios medios, con cultura política progresista, feminista, ecologista y de izquierdas. Algunos de estos rasgos rompen o matizan cierto estereotipo sobre el electorado de Unidas Podemos y sus convergencias y aliados. Tiene unas diferencias significativas con los del conjunto de la sociedad y, en particular, los del Partido Socialista, la otra formación caracterizada de izquierdas o progresista y que, conjuntamente, van a gobernar España con un proyecto compartido…

Los desafíos estratégicos y políticos para las fuerzas del cambio, así como el reto de su propia configuración organizativa, teórica y de liderazgo, son impresionantes. Comienza un nuevo ciclo político e institucional, en el marco de la continuidad de una grave crisis social para la mayoría popular y con las imprescindibles agendas transformadoras, social y democrática. Del acierto de su gestión y sus relaciones con el Partido Socialista, así como de su capacidad de articular a una parte relevante de la sociedad, junto con la activación cívica, van a depender los equilibrios representativos de ambas fuerzas y el futuro del cambio real de progreso.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-187/ensayo/el-nuevo-progresismo-de-izquierdas

Nuevo Gobierno: Unidad para cambiar. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (14/01)

A raíz de la encuesta de 40dB explico la actitud y las expectativas de los electorados progresistas y de las derechas respecto de la cohesión y la gestión del nuevo Ejecutivo de coalición:

“Dos aspectos generales se pueden destacar. Primero, la fuerte división social existente respecto de la actitud ante el nuevo Ejecutivo plural, entre la mayoría de los electorados de las tres derechas, escéptica, y la mayoría de la base social de progreso, esperanzada. Segundo, aparte de la desconfianza de la gente votante a las derechas, estimulada por sus dirigentes a través de la estrategia de la crispación, es relevante la existencia de sectores socialistas y, en menor medida, de Unidas Podemos que consideran al Gobierno plural excesivamente dividido e incapaz de afrontar los grandes retos transformadores. Son temas para reflexionar…

En definitiva, además de hacer frente a la oposición crispada de las derechas e impulsar un proyecto de cambio de progreso, con sabiduría, justicia, firmeza democrática y serenidad (las clásicas prudencia, justicia, fortaleza y templanza), el nuevo Gobierno progresista de coalición tiene dos grandes desafíos: forjar una dinámica unitaria, plural desde la lealtad al proyecto compartido, e iniciar unas reformas sociales y democráticas inaplazables. Estas, aunque sean parciales y lentas, deben prefigurar un compromiso real de cambio, democrático e igualitario, y un horizonte transformador. Ello permitirá una mayor conexión institucional con las mayorías sociales, facilitará la participación cívica y permitirá fortalecer el progresismo de izquierdas que garantice el cambio de ciclo político de progreso.

La pugna por la legitimidad de este proyecto democratizador y por la justicia social va a ser dura. Su fracaso abriría las puertas a la involución social y política. El desafío afecta a toda la ciudadanía progresista y de izquierdas. Con realismo, habrá que reafirmar el sí se puede.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/nuevo-gobierno-unidad-cambiar/20200114082545170048.html

Reeditado en Rebelión (16/01): https://www.rebelion.org/noticia.php?id=264504

Un nuevo progresismo de izquierdas. Antonio Antón, en Público (4/01)

Valoración de la investigación realizada sobre las características de los electorados, particularmente de las fuerzas progresistas, como base social que va a interactuar con el nuevo Gobierno de coalición y su legitimidad. Selecciono varios párrafos:

“El aspecto principal que permite la gobernabilidad, una vez fracasada la opción de un gobierno socialista en solitario, junto con la dificultad de la operación de gran centro o la colaboración del PP con el PSOE, es la persistencia de una mayoría parlamentaria progresista, con ventaja sobre las derechas: un gobierno compartido de progreso entre Partido Socialista y Unidas Podemos (y sus aliados), con el apoyo de otros grupos políticos colaboradores (PNV…) y la necesaria abstención de ERC. Comienza un nuevo ciclo político cuyos retos principales, vigentes ya desde hace una década y desde una óptica progresiva, son el avance en la justicia social y la igualdad, la democratización y regeneración institucional y la regulación del conflicto territorial. La pugna de fondo en el actual contexto europeo está entre las tendencias regresivas o de involución, el mero continuismo con retoques secundarios y la dinámica de cambio de progreso. Todo ello vinculado al desgaste cívico de las élites gobernantes, con el agotamiento del bipartidismo y un reequilibrio representativo en los campos progresista y conservador, con diferencias sustantivas en su interior, que abre la vía para una gestión institucional más plural y negociada y una nueva polarización de bloques…

Por tanto, los cambios relevantes han sido en los dos planos: uno, la reafirmación relacional y práctica (no la radicalización) de los valores éticos y democráticos existentes, junto con la activación cívica y la participación política de esa amplia actitud popular transformadora, igualitaria-democrática; dos, la articulación sobre esa base social de progreso de una nueva representación político-institucional diferenciada de la cúpula socialista (y superadora de la de IU)…

Aun contando con un ligero desplazamiento hacia la izquierda, lo más significativo es que una parte relevante del electorado, sobre todo nueva y joven, se ha reafirmado y activado en sus valores de progresismo crítico y democrático. Supone un gran cambio de actitud y experiencia masiva y cívica de cierta polarización sociopolítica progresiva, y es lo que el poder establecido y sus aparatos mediáticos pretenden cerrar desde hace una década mediante una normalización institucional con un nuevo bipartidismo renovado…

Los desafíos estratégicos y políticos para las fuerzas del cambio, así como el reto de su propia configuración organizativa, teórica y de liderazgo, son impresionantes. Comienza un nuevo ciclo político e institucional, en el marco de la continuidad de una grave crisis social para la mayoría popular y con las imprescindibles agendas transformadoras, social y democrática. Del acierto de su gestión y sus relaciones con el Partido Socialista, así como de su capacidad de articular a una parte relevante de la sociedad, junto con la activación cívica, van a depender los equilibrios representativos de ambas fuerzas y el futuro del cambio real de progreso.

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/27384/un-nuevo-progresismo-de-izquierdas/

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